El ministro de Transporte, Guillermo Reyes, dio a conocer la decisión por parte del Gobierno de Gustavo Petro con respecto a no ceder frente a los cambios que habían señalado para el desarrollo del metro de Bogotá. En ellos, la Presidencia insistía en la incorporación de un tramo soterrado en el trazado de la Primera Línea del sistema de transporte capitalino.
Por su parte, desde la Alcaldía de Bogotá, Claudia López, se había pronunciado anteriormente ante las peticiones de Gustavo Petro, mencionando que no se van a realizar modificaciones en el contrato de construcción del metro, proyecto que ya completa el 18% de avance en la obra.
Sin embargo, Guillermo Reyes sostuvo en su anuncio de este jueves que desde Presidencia se dicta que, en caso de que la alcaldesa no acate las medidas, estaría en riesgo la financiación de al menos el 70% del dinero destinado a las obras de movilidad en la capital del país.
“Es muy claro, si no se acepta, como se ha venido diciendo, que se hagan las modificaciones propuestas dentro del marco jurídico, el Gobierno también, en la medida en la que financia el 70% de los otros proyectos, esos otros proyectos se van a tener que parar”, aseguró el ministro Reyes.
Durante un encuentro con los medios, Reyes sostuvo que está de acuerdo con el calificativo de “chambonada”, como declaró Gustavo Petro el trazado de la Primera Línea del Metro de Bogotá y aseguró que en términos urbanísticos sería de gran afectación para la capital del país.
Cabe señalar que el Gobierno Nacional había solicitado que se incluyera la modalidad de metro soterrado desde la Avenida Primero de Mayo con carrera 50, hasta la calle 72 en la Avenida Caracas.
El proyecto en marcha que ha presionado Gustavo Petro
Desde antes de su llegada al Gobierno Nacional, Petro ha defendido que el sistema de transporte se realice de manera soterrada, un proyecto que, de acuerdo con su juicio, sería adecuado teniendo en cuenta la infraestructura de la capital del país.
En este sentido, aun cuando el proyecto ya se puso en marcha, no ha dejado de insistir en que la primera línea del Metro de Bogotá debe ir por el subsuelo y para ello, presentó una fórmula jurídica que buscaba la modificación del objeto del contrato.
Luego de que se diera a conocer el documento el 30 de enero de 2023, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, señaló que la administración no realizará ninguna modificación.
El concepto jurídico estuvo a cargo de la firma de abogados del exministro de Justicia Enrique Gil Botero y en sus 70 páginas asegura la viabilidad de modificar el contrato en la modalidad de construcción en una de las rutas que tiene el proyecto.
Sin embargo, el tema que ha agudizado la tensión entre el Gobierno Nacional y el Gobierno local, se fortalece luego de que Claudia López señalara que la construcción del metro de Bogotá, proyecto que tanto tiempo llevan esperando los ciudadanos, se ha visto afectado a lo largo del tiempo por discusiones “inútiles” que han retrasado el proceso y que no se realizarán modificaciones que lo perjudiquen.
“El Metro no va a parar ni una hora, ni un minuto, hemos esperado 60 años en disputas inútiles, en papel tras papel, en estudio tras estudio, y esta es la primera vez que tenemos trabajadores, máquinas, y la plata para construirlo, porque aquí hay 22 billones de impuestos de los bogotanos”, aseguró López.
Otras menciones sobre el proyecto por parte de la alcaldesa de Bogotá
Durante la Semana de la Movilidad, período que se realiza en 2023, entre el 30 de enero y el 3 de febrero, la alcaldesa ha sacado a la luz cada uno de los avances que ha tenido el proyecto que le cumpliría el sueño a Bogotá de tener su propio Metro.
“La primera línea no es un proyecto, no es una idea, es un contrato (…) sí o sí va a iniciar año de operación en 2028, mientras yo sea alcaldesa y de mí dependa”, comentó la mandataria.
También aseguró que se trata de la licitación pública internacional que más alto valor ha registrado el país en su historia, pues contará con 22,3 billones de pesos destinados a la construcción en la que trabajan 4.200 colombianos.
La capacidad que tendría el sistema de transporte sería de 42.000 pasajeros por hora e incluso podría llegar a transportar hasta 72.000 pasajeros.
El presidente Petro ha sido denunciante de la presuntas irregularidades y posible corrupción en el proyecto de metro elevado desde hace varios años. Uno de los políticos que más lo ha impulsado es el exalcalde Enrique Peñalosa.