Magia y Barbarie, Colombia en los ojos de Humboldt

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Humboldt
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El significado del viaje para los relatos históricos permite acercarse a entender el valor que tienen los mismos como fuente histórica. La relación que se desarrolló entre los viajeros europeos que llegaron a América o a Colombia en el siglo XIX, tiene unas particularidades que podemos destacar en el siguiente artículo. Estos viajes y sus relatos están enmarcados en unas idiosincrasias culturales, las cuales tienen cada una sus propias maneras y formas de hacer las valoraciones sobre la tierra que se visita, sobre su cultura, comida, paisajes etc. Es destacable que las miradas que para este tiempo se producen en los viajeros, están naturalmente influenciada por su etnocentrismo. Sin embargo el etnocentrismo no es el único fundamento que va a caracterizar las miradas y los relatos de los viajeros. Dentro de este mismo etnocentrismo es recurrente que los viajeros o extranjeros intenten explicar la diferencia de desarrollo entre sus países de origen y las de estos destinos en América de distintas formas.

Más allá del etnocentrismo las formas de referir la misma cultura de poblaciones indígenas y afrodescendientes por parte de españoles o criollos, exhibe unas formas características de referenciar al otro las cuales están atravesadas por la idiosincrasia dominante y colonial que va ser igualmente mantenida después de la formación la Nueva Granada para 1830. En el proceso de independencia de Colombia que deviene en la formación de la Nueva Granada, los indígenas y negros comparten un pasado común ligado al esclavismo y la destitución de su cultura y costumbres de mano de la colonia.

Humboldt como gran representante de la filantropía y la “Naturphilosophie”, logró mediante sus relatos inmortalizar una forma más humanista de percibir las luchas y contradicciones humanas. Además Humboldt por medio de su viaje permite particularmente retratar qué tipo de relaciones sociales y culturales precedieron la formación de la Nueva Granda en Colombia. Es por ello que desde sus relatos y diarios de viaje se intenta abordar una perspectiva foránea de aquel álgido momento en donde se estaba empezando a concebir lo que iba ser la independencia de Colombia.

El estilo de descripción de la naturaleza y de estos pueblos que desarrolló Humboldt influenció a otros viajeros y estuvo a su vez fundamentado por elementos que caracterizaron el romanticismo. Sin embargo una de las características que la “Naturphilosophie” mediante estas nuevas descripciones aportó, fue la característica de una posición ambigua que exhibe las mismas confrontaciones que el viajero presenta en sus observaciones. La misma refiere un estado de fascinación e inspiración el cual es constantemente amenazado por nuevos escenarios antagónicos, los cuales tienden constantemente a su arribo. Frustración, agobio, tristeza, pueden surgir en estos contextos cuando los viajeros se enfrentan a naturalezas desafiantes o cuando encuentran etnias humanas que amenazan su existencia. Es decir que en el viaje convergen tanto las observaciones idílicas de estos paisajes y nuevos destinos, como a su vez manifestaciones sobre escenarios inhóspitos, terroríficos y adversos.

Para el caso de Humboldt en particular, la confrontación se muestra más que todo en su repudio por la colonia y los descendientes de españoles que instauraron la dominación en América. Humboldt aborrece la forma de dominación que rige a América y mediante su diario, como se dijo anteriormente, hace una constante crítica sobre la manera como se explota a los esclavos y a su vez a lo que él llama “gentes libres”. Las “gentes libres” van a ser en particular esos campesinos que viven en haciendas, los cuales pueden cultivar productos agrícolas, pero quienes deben pagar tributo a un Corregidor, quien es el dueño de toda la tierra y las extensiones donde se trabajan los medios producción. El Corregidor decide igualmente para qué tipo de producción van a ser utilizado los productos agrícolas que las gentes libres siembran en las tierras de su dominio.

Para este tiempo la organización territorial de una nueva nación respondía a los deseos independentistas del libertador Simón Bolívar, sin embargo, Ecuador y Venezuela no iban a hacer parte de su constitución. Atrás había quedado entonces ese gran sueño del nuevo mundo o la Gran Colombia. Francisco de Paula Santander se erigía como presidente de la Nueva República. La cordillera del sur de los Andes iba a separar a Ecuador de la Nueva Granada y el río Orinoco iba a ser la frontera para con Venezuela. La Nueva Granada respondía sin embargo a ese sueño de Bolívar, ya que en ella aparecía un pueblo de distintos colores, abrazado por diferentes etnias que respondían como se dijo anteriormente a la consolidación de esa nueva nación.

La riqueza de esta tierra constituía una exultante conjunción de condiciones que le permitían gozar de muchos privilegios para responder a los deseos de convertirse en una nación soberana. Si tomamos como ejemplo la comunicación que se podía lograr a través del río Magdalena entre el Atlántico y el interior del país, encontramos un canal de desarrollo y comunicación elemental para la constitución de relaciones entre territorios distantes. Por otro lado el acceso al océano Pacífico iba siempre a jugar un rol fundamental en la constitución de un comercio que complementaba al del océano Atlántico. En estas tierras fértiles y lujosas se podían plantar todo tipo de productos agrícolas para la subsistencia de sus pueblos. Allí se erigían soles tropicales abrazadores que permitían que las cosechas de productos agrícolas se mantuvieran en constante proliferación todo el año. Montañas esplendidas que permitían a su vez acceder a la constitución de diferentes pisos térmicos y por lo tanto garantizar la siembra de diferentes productos agrícolas en las diferentes alturas, lo que proveía a su vez una riqueza y abundancia para el intercambio de estos productos entre regiones y la subsistencia de sus diferentes
poblaciones adyacentes.

Los escritos de las expediciones de Alexander von Humboldt en estas tierras muestran una vocación bastante altruista, donde refiere toda la degeneración de las razas de Hispanoamérica referida a la barbarie española. Sus calificativos sobre la cultura española, van a mostrar que para Humboldt eran los españoles desorganizados y tenían un carácter muy distinto al de los alemanes o ingleses, a quienes los ve como superiores. Para Humboldt, los españoles habían impedido que la raza Inca y algunos otros indígenas tuvieran el adecuado desarrollo que los hubiera podido llevar a generar una expresión de su raza y destino mucho más solemne al que se dio tras la conquista española.

Humboldt va a crear una nueva forma de enunciar y clasificar la naturaleza. La influencia del romanticismo va encontrarse también en la manera de acercarse a tratar la historia natural. Humboldt fue un hijo de la ilustración, en esta época la razón superó el dominio de la religión y los sistemas autocráticos de Europa. En este contexto el viaje se va interpretar como la multiplicación del conocimiento y a su vez la deconstrucción de imaginarios que habían dominado la percepción de Europa sobre América.

Humboldt aparece en Colombia para 1801, después de su viaje a Cuba, y entró directamente por el Atlántico acampando en el río Sinú, exactamente en el Zapote. Según lo describe en su diario él estaba ubicado a unas cuantas casas dentro del gran golfo del mar- donde ocurre su desembocadura. Sus primeras observaciones hacen alusión al hecho de que Cartagena no podría vivir sin el río Sinú. En estas descripciones Humboldt explica por ejemplo las formas de transportar los productos agrícolas como el maíz, el plátano y los pollos. El barón describe la embarcadera de porte muy pequeño y bastante peligroso, generando comparaciones entre la cadena montañosa de la isla cubana y las de Tolú. Sus comparaciones exhiben metáforas románticas que se basan en la comparación de los pechos de una mujer con la cadena montañosa.

Una de las primeras anotaciones que encuentro pertinente de ilustrar, es la manera como Humboldt refiere el carácter diferente que tenían los españoles en comparación al de los alemanes e ingleses. El barón describe al español como desordenado y menciona que tiene falta de capacidad de organización de la siguiente manera:

Encontramos 5 brazos de barro. Quiso acercarse a la costa y echar el ancla, encontrándose asustadísimo con que ya se había lanzado el ancla y que estábamos encallados sobre un escollo. Qué griterío, qué zozobra, qué falta de decisión, que diferente el cuidadoso carácter alemán y el perezoso español, el de los ingleses que se portan con serenidad. (Humboldt 1983, p.1, a)

Aquí Humboldt muestra una postura que deja ver la manera cómo percibe las diferencias culturas y de carácter entre alemanes, ingleses y españoles. Esa forma de mirar al español que tenía Humboldt es necesario seguirla de cerca, para entender la forma como el autor describe las relaciones sociales entre los españoles y los diferentes grupos étnicos en la Colombia precedente a la independencia. Dentro estos relatos accedemos a la posibilidad de tener conocimiento sobre los encuentros que Humboldt realizó sobre su camino. Algunos de estos son de inmenso valor y nos acercan a seguir su sensibilidad y carácter filantrópico. A pesar de venir de Europa Humboldt muestra una vocación altruista manifestada en su deseo de libertad para con los esclavos. A continuación se refiere uno de los encuentros que tiene Humboldt y su grupo de marineros con un grupo de negros cimarrones:

Vimos salir a un negro del matorral. Observando más de cerca distinguimos en él a un negro joven gordo, totalmente desnudo, cargado de cadenas en los hombros, cintura y pies: un carcaj de flechas en la espalda y un machete en la mano. A nuestras preguntas contestó ladinamente y sonriendo con descaro. Nos dijo que estaba paseándose. Nos invitaba hacia la orilla y quería ir con nosotros si le dábamos ropa, preguntándonos si realmente no éramos españoles…Durante esa conversación, usando las palabras incomprensibles para nosotros, hablaba con sus compañeros en el matorral; a ellos no los veíamos. Hubiese sido una imprudencia llegar a tierra sin armas. Era una banda de esclavos negros fugitivos, cimarrones, cuyo amor a la libertad y justo odio contra el blanco les vuelve capaces de todo. Seguramente nos quisieron atraer para adueñarse del bote, y en que peligro hubiésemos estado si nos permiten llegar a tierra sin descubrirse, atacándonos después (nosotros éramos cuatro). Las cadenas, por lo demás, juzgando según la forma como las tenían colgadas, de acuerdo a su cantidad y la facilidad que tienen todos los negros para limarlas, seguramente era una mascarada. Se las colocaría para atraernos guiados por la compasión. (Humboldt 1983, p.1, a)

Humboldt logra introducir en sus relatos una constante victimización de la barbarie europea, y a su vez discrepa constantemente con el carácter y cultura española. En la siguiente cita podemos acercarnos a entender que manera el barón describe su manera crítica de ver a Europa:

Retomamos sin bajar a tierra. Que deseo canibalesco tenían todos los marineros, inclusive el cocinero, un negro francés, de atrapar a los infelices o meterles por lo menos una docena de balas en el cuerpo. Se tasaba cuánto valdría un negro de esa clase para la venta…Fuge fuge littus. ¡Que inhospitalario hace el mundo la crueldad europea!..(Humboldt 1983, p.3a)

En su arribo al camino del Sargento en el Valle de las Guadas, describe Humboldt con fineza todas las particularidades naturales de esta región. En los apuntes de su diario a continuación vamos acceder a retratar la forma como Humboldt percibe la forma de dominación establecida en los territorios. El azúcar va a aparecer como uno de los medios de producción económica de lo que él califica como “gentes libres”. Humboldt deja ver su posición hacia la dominación que tienen que vivir estas personas, señalando que el mayor mal que viven estas “gentes libres” es el tener que ser dominados por un amo el cual explota a estas personas por medio de los productos que estos siembran. Estos productos son: el algodón, el cacao, añil y el azúcar. A continuación se ilustra una descripción verdaderamente siniestra, en la que Humboldt muestra su aborrecimiento por los amos de estas extensiones, los cuales califica con el nombre de reyes:

Desgraciadamente aquí toda la tierra de los alrededores está en manos de un solo dueño, nuestro anfitrión Don José de Acosta, que tiene mucha fama de hospitalario y que domina este valle como un rey pues es el Corregidor. Él es el capitán de la milicia y materialista. En su tienda se compra Brandy por un real y medio. Él es el acompañante de la Virreina de Santa Fé – así de caóticas son las ideas sobre la decencia social en América! A pesar de esto disfruta de un buen nombre. El hospeda a todos los virreyes entrantes y salientes, quienes se detienen aquí, 8 o 10 días al llegar, para acostumbrarse al clima frio, y de 18 a 20 días al salir, para ordenar sus papeles. Las gentes libres que cultivan el azúcar en sus campos pagan tributo hereditario, de manera que él no puede echarlos, pero trata de adelantarles dinero y así sacarles el azúcar a poco precio. Este es mal general en América con el algodón, el cacao, el añil y el azúcar. Así busca un hombre rico y astuto hacerse señor de los que lo rodean. Y cuán poco protegen las leyes al más pobre del más rico, especialmente cuando este mismo (como sucede casi en todas partes) es el administrador de las leyes y de la autoridad real, teniente Corregidor…cuándo sólo él tiene acceso a los Virreyes y a los Oidores y se convierte en el único poseedor del comercio tanto grande como pequeño (en peniques). Por lo demás, Acosta no tiene la peor reputación, y avisa de su influencia y de su posición menos que otros…

Así pues, el valle gana anualmente 120.000 piastras, puesto que el rey sólo permite fabricar aguardiente, los habitantes no pueden utilizar la miel para hacer brandy como en Cuba. Cuánto más útil es la región en que este cultivo de azúcar está en manos de familias individuales, donde el mismo padre y los hijos cultivan la tierra, que las grandes haciendas de negros en las que cada gota de zumo de azúcar cuesta sangre y gemidos. (Humboldt 1983, p. 39.)

Humboldt refiere que es una característica de los amos y terratenientes el pensar que la felicidad de tener una isla en las indias occidentales se basa en presumir la pertenencia de muchos esclavos y a su vez producir azúcar. Por otro lado recalca que veinticuatro pequeños valles como  el de las Guaduas producen el mismo azúcar que en Cuba. También menciona que en Cuba se compró maquinaria a los ingleses como: cilindros, muros de piedra, trenes, técnicas bailicas etc. En el valle las llamadas “gentes libres” no utilizan este tipo de maquinaria y su producción en los trapiches es más artesanal. Como se puede ver, Humboldt genera constantemente una comparación entre la estructura de dominación cubana y la de Colombia.

Dentro de los mitos que podemos encontrar existe uno que me ha llamado principalmente la atención en los relatos de Humboldt. Se trata de una planta borrachera que Humboldt encontró a las afueras de Santa Fé, pero que también había encontrado durante su expedición en Almaguer, al parecer con flores amarillas. Humboldt dice lo siguientes acerca del uso que los indios le dan a la planta:

Los indios preparan una bebida mágica con la semilla del Borrachero, unas veces para ver arder las Guacas (tumbas que esconden tesoros de los antepasados indígenas), a veces para narcotizar una muchacha y violarla. La bebida se llama Tongo. Cuando Quesada llegó a Nemocón en el Llamo de Funza con sus guerreros, los indios dieron maliciosamente a los españoles la bebida embriagante del Borrachero. (Humboldt 1983, p. 43, a.)

Humboldt también referencia en sus diarios mitos como éste, donde llegan a sus oídos historias sobre el uso que los indígenas le dan a la planta. Más adelante el barón complementa que tras la borrachera del ejército español, uno de los jóvenes manifestó que a todos les había quedado una suerte de locura, y a su vez que está locura era de hecho justificada pues ellos estaban peleando contra indios inocentes para quitarles sus pertenencias.

Como último elemento del viaje de Humboldt a Colombia me gustaría referir su manera de pensar el desarrollo de las tribus indígenas. Esto tiene que ver con el hecho de que las tribus que viven en los ambientes más fríos sobre las montañas son más desarrolladas que las otras. En la siguiente cita encontramos la manera como el barón lo refiere:

Los conquistadores hallaron a las naciones Mozca, Guane (alrededor de Vélez), Muzo y Calima, que habitaban todas regiones montañosas frías, vestidos con ropa de algodón. Los conquistadores no se sorprendieron poco, cuando llegaron a la alta planicie de los llanos de Bogotá, y en lugar de hombres desnudos, cómo habían encontrado cerca a Santa Marta y en la desembocadura de Río Grande, vieron a los indios vestidos con ropas finamente tejidas. Las ruanas son invención indígena. El frio obligó a los Mozcas a trabajar, a vestirse. Campos cultivados, maíz, Chenopodium Quinoa, Solanum tuberosum (llamado aquí turmas) habían sido cuidadosamente sembrados en la montaña, con más cuidado que en las llanuras más cálidas, donde la naturaleza produce todo por sí misma y apenas se necesitaba remover la tierra. Cuando uno viaja de Suba a Zipaquirá ve aún huellas de antiguos campos indígenas cultivados, allí donde los españoles han dejado todo sin cultivar o para guardar ganado. Si es cierto que antes de la conquista vivían menos hombres que ahora en el Llano de Bogotá (ahora con Santa Fé 60.000), lo cual es dudoso, entonces aquellos, aún a pesar de su moderación en la comida, necesitaban más campos de cultivo. A ellos les faltaba el grano que aquí madura mejor que el maíz, les faltaban las vacas y puesto que ellos guerreaban eternamente con las naciones vecinas de las regiones más calientes, les hacía falta la importación, que sólo ahora alimenta a aquellos 60.000 hombres. La necesidad obliga a trabajar, el frio es necesidad, y la mezcla de zonas improductivas, planicies de 1.000 toesas de altura en medio de las regiones tropicales más fructíferas, ha tenido seguramente la mayor influencia sobre la cultura humana en América. Así como hordas humanas aisladas, expulsadas y obligadas a abandonar las regiones tropicales, alcanzaron una cultura en las regiones nórdicas, que nunca hubieran alcanzado en el mundo del trópico que no incita a ninguna clase de trabajo (todo se ofrece por sí mismo); Así como estas hordas formadas y acrecentadas en el norte descubrieron, reencontraron y conquistaron poco a poco su patria primitiva (en el mundo de las palmas), le transmitieron su cultura y sus necesidades, así- mismo creo yo que se establecieron y se refugiaron en las zonas frías (planicies montañosas) del mundo tropical familias aisladas, perseguidas y por enemigos personales allí se educaron, se acostumbraron al trabajo y a la vestimenta, habiéndose hecho. (Humboldt 1983, p. 49, a.) 

Por un lado Humboldt dibuja mediante sus relatos la vida colonial, en ella accedemos a las descripciones de la organización social en las haciendas coloniales donde los Corregidores dominaban grandes extensiones de tierra. En estas tierras vivían lo que Humboldt llama gentes libres, los cuales se encargaban de la siembra y la producción agrícola en estas regiones. Según refiere Humboldt el rey de España se encargaba de dictaminar para qué tipo de productos se utilizaría la producción agrícola. Por otro lado el barón es reiterativo en referir la condición despiadada con la que los españoles han hecho su riqueza en base a la explotación de los esclavos e indígenas. Desde el inicio de las narraciones de viaje Humboldt refiere su confrontación con el carácter español, el cual lo siente muy distinto al inglés y el alemán, el barón habla de una desorganización y un carácter totalmente intempestivo. Una de las características más importantes es la denuncia que Humboldt hace mediante sus relatos, en estos se encuentra una extrema crítica a la condición de dominación en la que se encuentran los negros e indígenas quienes resultan constantemente abusados por parte de los españoles. Para el barón es descabellado que exista una sociedad todavía regida por ideas donde prevalece el linaje y el abolengo hereditario con tanta fuerza. Él piensa sin embargo que la organización del tipo de hacienda que se encuentra en el Valle de las Guaduas conformada por gentes libres que rinden tributo mediante su trabajo al rey, funciona mejor que el tipo de organización esclavista en las haciendas de Cuba. Su crítica ahonda realmente la idea de riqueza y prestigio que tienen los hacendados de Cuba, la cual está basada en la acumulación de esclavos y la producción de azúcar. Este sistema hace que la producción sea menor y por supuesto presenta una estructura de dominación totalmente abrupta y marginal. Lo anterior quiere decir que Humboldt genera comparaciones a lo largo de su viaje por América donde se encuentran descripciones de la hacienda como unidad de producción y a su vez de las estructuras de dominación en el continente.

La teoría de Humboldt sobre la influencia del clima en el desarrollo étnico-cultural de las sociedades llega a ser bastante similar a la teoría de Isaac Holton. Humboldt lo refiere en un ejemplo con relación a la vestimenta, su argumento se basa en la idea de que los indígenas de clima frio por el hecho de estar ubicados en las alturas desarrollaron otro tipo de habilidades y un diferente tipo de estructura. Un ejemplo de este tipo de desarrollo es la ruana la cual fue creada por los indígenas. El barón lo refirió por ejemplo en las tribus de Mozca, Guane (alrededor de Vélez), Muzo y Calima, donde los indígenas fueron encontrados por los conquistadores con vestimentas. De esa forma el planteamiento en común que comparten Humboldt y Holton se basa en el hecho de que las sociedades que viven en las regiones nórdicas son más desarrolladas que las tropicales.

Humboldt refiere que las culturas nórdicas europeas vinieron para imponer sus necesidades y cultura en lo que él llama “el mundo de las palmas”. De esa manera el viaje de Humboldt sirve para entender de qué forma estaba instaurada la estructura de dominación colonial antes de la formación de la Nueva Granada. Por otra parte también para acceder a un testimonio de su espíritu filantrópico, característico en lo que refiere su confrontación con el sistema y estructura de dominación colonial en América.

 

 

Samuel Kaputt

Samuel Kaputt


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