Confesión a los Petristas: sale el Sol Petro, entra la Luna Claudia

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Foto: Archivo Lado B

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Existe actualmente un evidente paisaje desesperanzador en la izquierda colombiana. Por más que tratemos de tapar el sol con un dedo, es claro que el círculo más cercano al Presidente de la República, las constelaciones que se mueven en su circunferencia, han entrado en colisión. Esto ha dejado la Casa de Nariño, centro desde donde se erige el sistema solar, en un desorden abstracto difícil de descifrar, donde es evidente que se tejen alianzas entre dos bandos: unos son los amigos de luchas que han acompañado toda la vida al presidente Petro en su trasegar político, y otros, el Team Sarabia, como me gustaría llamarle, desde donde se pretende controlar, con un supuesto tecnicismo y pragmatismo, el sistema solar que irradia las políticas del cambio.

 

Muchos son los rumores, leyendas y suposiciones que han circulado desde hace casi dos años sobre por qué el Presidente Petro ha depositado su confianza en la señora Laura Sarabia, quien, en un principio, estuvo tan cerca de Scar, representado aquí por Armando Benedetti. Un personaje con un aura innegablemente oscura, que, si realmente desempeñó el papel de artífice de las sombras durante la campaña, parece custodiar un mar de secretos que podrían poner en aprietos al Sol Petro, presidente de la República, y a quien así nombraremos en esta columna de opinión.

 

Benedetti irrumpió en la Casa de Nariño al final de la semana pasada, dejando claros indicios de que este movimiento que lo trajo como asesor del Presidente no fue consultado ni siquiera con su equipo de comunicaciones. Haciendo honor a ese desorden y caos que se exhibe en la Casa de Nariño, y aparentemente sin ninguna asesoría de su Oficina de Comunicaciones, salió ante los micrófonos a decir que había estado 31 días en un centro de rehabilitación y que estaba preparado para asesorar al Presidente. Además, hizo alarde, en un tono desafiante y burlesco, de su nueva oficina de comunicaciones, que estará al lado de las oficinas de Laura Sarabia y del Sol Petro.

 

El Sol, que muchas veces vive incluso encandilado y ciego por su misma luz —ocupada por llevar cada rayo para iluminar las vidas y tierras de esas personas que viven en la oscuridad, la carencia y la pobreza, llevando porvenir y prosperidad a través de las políticas del cambio—, tuvo esos días una rebelión de los planetas que se mueven sobre su eje. Algunos, todavía celosos por las promesas de su luz, sintieron decepción al conocer la noticia de que Scar Benedetti, aparte de llegar de la forma más intempestiva a alardear de su nueva posición, recordó que en 31 días estuvo luchando con las vanidades de sus adicciones y ego, y ya estaba preparado para asesorar al Sol Petro. Esto cayó muy mal en su circunferencia planetaria.

 

De otro lado, en esa constelación hacen eco los rumores de un agujero negro por donde toda la luz del Gobierno del Cambio se desvanece. No solo se presume, sino que la ley divina sobre la tierra ha dejado en evidencia que, en ese anillo o circunferencia que rodea al Sol Petro, el agujero negro ha dejado postrado de corrupción un ala del Gobierno del Cambio.

 

Ante ese desolador panorama, y sabiendo que el Sol Petro goza de una popularidad que ni las encuestas logran mostrar —pues, como quedó demostrado en mi columna de la semana pasada, “Petro, el Hombre Utopía”, especialmente en plataformas como TikTok—, el presidente Sol Petro hoy está más fuerte que nunca. Pero, como todas las leyendas, y volviendo a la de Jesucristo, que sufrió traiciones de su círculo cercano, el Sol Petro también debe librar batallas dentro de su constelación, entre los ministros y asesores que se mueven en su circunferencia planetaria. Ni siquiera con su poderosa luz ha sido posible descubrir quién es su agujero negro. Puede que, incluso, ese agujero negro baile y se mueva en su circunferencia, situándose en el punto ciego donde le es inminentemente difícil dirigir sus poderosos rayos y mirada.

 

Ante aquel desolador panorama aparece una figura que podría convocar a la unidad de la centroizquierda. Un astro que en el próximo gobierno, podría eclipsar su luz para tomar el mando y las riendas de las políticas alternativas y progresistas. Grandes matemáticos han hecho ecuaciones, a través de su ciencia —la astrología—, para definir qué planeta de su séquito y sistema solar podría tomar el lugar del Sol Petro. Sin embargo, el resultado es un gran problema: el Sol Petro es tan grande y penetrante que, ante su inmensa luminosidad, ha ido derritiendo a los otros planetas que se mueven en su circunferencia planetaria progresista, haciendo imposible otear los planetas que circundan en su circunferencia planetaria.

 

Es así como la izquierda y el gobierno del Sol Petro, debido a la ofensiva mediática que ha recibido desde las antenas y ecos de los medios de comunicación corporativos, y además por aquel enorme agujero que ha opacado y desvanecido su luz, exhiben los grandes errores que la izquierda y su sistema solar podrían pagar muy caro en las próximas elecciones. Esta constelación se enfrenta a un panorama que muestra la ausencia de un candidato fuerte, obligando al petrismo y al presidente Petro a empeñar y endosar por un cuatrienio sus votos a la Luna Claudia. Por eso, esta columna desde ya vaticina que, para el 2026: Sale el Sol Petro y entra la Luna Claudia.

 

Por:
@Samuel_Kaputt


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