Icono del sitio Lado B

Duque, el peor presidente de la historia de Colombia

Iván Duque

Iván Duque

Compártelo

Todo lo que propone Petro en cuestión de reforma tributaria, sacar la Policía de Min Defensa, abolir glifosato, reanudar relaciones con Venezuela, no incrementar recursos y armamento militar, todo lo refuta Duque. Cuando el actual presidente de Colombia se baje del trono, huérfano de poder, se desmoronará.

Pienso el día de hoy, estando ya atravesando los últimos días de su poder, que el verdadero error fue haberle regalado a un enfermo por las maneras, los protocolos y el poder, el mismo poder. Duque es un personaje que se siente constantemente sorprendido por ser quien es. No sé si ustedes lo han visto como habla ahora en las entrevistas, como su lenguaje se ha transformado con el paso del tiempo. Al principio aunque no siendo paisa, logró incorporar formas del expresidente Uribe, como por ejemplo decirle siempre el nombre al entrevistador antes de su respuesta.

En los últimos días de su mandato vemos a un Duque distinto. bastante maduro y con un amplio conocimiento de la política nacional e internacional, maneja su voz de una manera diferente, la imposta con arte y tiene un buen control de su misma puesta en escena. Su última entrevista fue para Revista Semana, la única casa mediática a la que le obsequia su primoroso tiempo, en esta entrevista pudimos verlo junto a la milf preferida de Colombia Vicky Dávila, allí Duque derrochó esa puesta en escena en la que se alcanza a percibir la falsedad de ese personaje construido, recordemos compatriotas, “el poder te transforma pero también te engulle”. A Duque la figura y el poder le ha consagrado una confianza peligrosa. Todo el personaje que construyó alrededor de su candidatura le engordó los egos, porque Duque no es 1, son 2 o 3. Infló su personalidad e incluso pudo estudiar un vocabulario muy excelso y culto que maneja aquel joven que Uribe le vio un no sé qué , no sé dónde.

Duque le dio totalmente la espalda a La Paz, en su gobierno El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz comunicó en el mes de junio del presente año, que durante la administración del presidente de Colombia, Iván Duque, se registraron alrededor de 930 asesinatos a líderes de Derechos Humanos. Se cometieron además 261 masacres dejando un negativo saldo de 1.144 víctimas mortales siendo el departamento del Cauca el más afectado con un total de 330 eventos violentos.

Nunca habíamos visto tanta frialdad escondida debajo del cuerpo de un personaje que se hace pasar por democrático, liberal, artista, hasta dotes de periodista tiene, toda la puesta en escena que construyó a través de su programa en la pandemia. Estas características nos revelan que hay un extremo interés por construir una figura alrededor de un presidente que nunca existió, un hombre que nunca estuvo preparado para tomar distancias frente a las mafias y las presiones que existen cuando se está en el centro del poder. Y aún más en un país donde le beligerancia es ley, y nos hemos construido y desarrollado los colombianos dentro de una cultura que naturalizó el uso de armas, que exalta el ser un ciudadano que tiene poder. Ese es el desafío cultural de nuestro folclor narco, que aunque no lo queramos, ha impregnado nuestra sociedad de sus idiosincracias, mentalidades e imaginarios. Quien tiene el poder emana una cultura y más aún si son los dueños de las políticas que se implementan en un país. El sistema colombiano y sus órganos de justicia emergen desde las contradicciones del poder y sucumben ante el beligerante miedo que presiona a través de la violencia y del monstruo del narcotráfico que la mantiene.

La falta de respeto del Gobierno al pueblo desafiándolo constantemente con temas como la reforme tributaria, de Carrasquilla, escándalo que tomó vuelo en un programa de la fantástica y diva mediática de la derecha, la milf Vicky Dávila. El asesinato y desaparición de jóvenes durante el Paro Nacional, según el informe del Instituto de Estudios de Desarrollo para La Paz INDEPAZ, se registraron 80 víctimas de violencia homicida en el Marco del Paro Nacional.

Por estos argumentos presentados y por otros miles más que están por escribirse estamos completamente seguros que Iván Duque es el peor presidente de la historia de Colombia. Para finalizar con su obra, hoy deja al país sumido en una inflación que tiene al Dólar con su registro histórico más alto frente al Peso Colombiano, un Dólar que hoy se cotiza a 4.374.96 Pesos Colombianos.

Finalmente, un mensaje para aquellos que no han comprendido por qué La Paz es transversal a todos los objetivos que nos trazamos como sociedad y que recoge las políticas más importantes que eligió el pueblo colombiano el 19 de junio del 2022.

La Paz, como desde esta orilla nos gusta referirla, “es una utopía llena de significados”. Hoy más que nunca, reconocemos que la Paz no es posible sin justicia social, sin oportunidades para las juventudes, sin posibilidades de desarrollo del agro para los campesinos, sin reconocimiento de nuestra diversidad y riqueza étnica y de género, sin la promoción del deporte, el arte y la cultura, sin el respeto por la naturaleza y los animales, sin economías prósperas. La Paz no es posible con los enormes abismos de desigualdad que tenemos, con la extrema pobreza. La Paz no es posible sin una distribución digna de los recursos y nuestra riqueza, sin acceso a la educación, sin buenos servicios de salud y pensiones decentes para nuestros ancianos.

La Paz es el eje que recoge todas las añoranzas, deseos y sueños de un país que hoy puede comenzar a escribir una nueva historia de la mano de todes nosotres.
Autor: Samuel Kaputt

Compártelo
Salir de la versión móvil