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El FMI apoya las reformas fiscales y económicas de Petro

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Al culminar su Misión de 2022 en Colombia, el Fondo Monetario Internacional (FMI) se mostró cauteloso frente al panorama económico de Colombia, pero apoya las diferentes políticas del Gobierno de Gustavo Petro. Los especialistas de la entidad encargada de asegurar la estabilidad de las monedas globales y conocida por sus préstamos a países en dificultades, destacan en su informe final que la reforma tributaria de 2022, el plan financiero de 2023 y las alzas de las tasas de interés son positivas, y también muestra su respaldo a las reformas propuestas por el Gobierno para la transición energética y la diversificación de las exportaciones.

En el comunicado revelado ese martes, el FMI destacó los buenos resultados de la economía colombiana. En palabras del informe, “pese a los retos, la economía colombiana superó las expectativas en el 2022, y creció a una de las tasas más rápidas entre las economías emergentes”. El dato oficial del crecimiento de 2022 se conocerá este miércoles, y la multilateral estimó que será de un fuerte 8%, alineado con las previsiones de otras fuentes expertas, como el Banco de la República o la OCDE.

Sin embargo, el Fondo también resaltó que existen grandes riesgos. De un lado, que la economía internacional sigue pasando por un mal momento por el que en 2023 seguramente habrá menos crecimiento mundial y las materias primas, como las que exporta Colombia, tendrán precios más bajos. De otro lado, recordó también la presencia de problemas internos, como la inflación alta o el aumento del déficit de la cuenta corriente del 5,6% del PIB al 6,3%.

Frente a eso, el FMI aplaudió el alza de las tasas de interés que ha hecho el Banco de la República, del 1.75% en septiembre de 2021 al actual 12,75%; la reducción del déficit fiscal, que cayó de 8,2% del PIB en 2021 al 5,5% en 2022; y la decisión de desmontar el subsidio a la gasolina. Por eso, pidió al país “mantener una trayectoria continua de implementación de políticas muy sólidas, lo que incluye seguir cumpliendo con la regla fiscal y con el marco de inflación- objetivo”. Es decir, que el Banco de la República siga subiendo las tasas de ser necesario, y que el Gobierno mantenga la reducción del déficit, que en palabras del informe son unas “muy sólidas políticas económicas de Colombia”.

Pero la multilateral no se limitó a las cifras microeconómicas. También apoyó la visión del Gobierno frente a la estructura económica del país. “El objetivo de reducir la dependencia de Colombia del petróleo y del carbón es encomiable”, escribió, mostrando su apoyo a una de las grandes metas de Petro.

También apoyó la transición energética, aunque dejó claro que no puede ser de un plumazo: “Una transición exitosa requeriría desarrollar un plan bien comunicado y gradual que equilibre las necesidades energéticas de la economía interna y su capacidad de generación de divisas en un contexto de transición hacia bajas emisiones de carbono de la economía global”. Coincide con la postura del ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, quien en noviembre dijo a este periódico que “la meta es mantener la producción de petróleo, al menos durante unos 15 años de transición”.

En suma, concluyó que el país debe “avanzar con prudencia con reformas estructurales claves, junto con una continua estrategia robusta de comunicación, será esencial para impulsar la productividad, mejorar la inclusión y garantizar una transición gradual y bien secuenciada hacia una economía más verde y diversificada”. El FMI no menciona directamente las propuestas de reformas sociales que, encabezadas por la sanitaria, empiezan a ocupar el debate público en el país, aunque saluda las propuestas del Plan Nacional de Desarrollo de “impulsar la equidad y la seguridad, haciendo hincapié en erradicar la pobreza extrema y el hambre, reducir las grandes disparidades regionales, alcanzar la paz total en Colombia, y proteger el medio ambiente”.

Con ese informe, la política que encabeza el ministro Ocampo recibe un espaldarazo relevante no solo por lo simbólico, sino porque puede ayudar a reducir o disipar los temores de los inversionistas. Contrasta con el pesimismo que revelaba el más reciente informe de política monetaria del Banco de la República y en general los datos de desaceleración económica para este año. Aunque parte de los mismos datos, o datos similares, a su juicio se trata de un “necesario enfriamiento” de la economía, para permitirle crecer de manera más ordenada y sostenida, y lograr llegar a una “una economía más equitativa y verde”.


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