Argentina luchará por volver a ser campeona del mundo. Lionel Messi, que vuelve a jugarla después de perderla en el tiempo extra contra Alemania en 2014, busca su revancha y el cierre de una carrera espectacular.
El nacido en Rosario, con la mítica número 10 en su espalda, como en sus mejores tiempos, apareció cuando más se le necesitaba para acabar con Croacia, asociándose con un extraordinario Julián Álvarez que no le ha pesado llevar el número 9 que en otras épocas llevaron jugadores como Bastituta y Hernán Crespo, apuntándose un doblete y forzando el penalti con el que Lionel Messi abrió el marcador ante una selección croata imponente.
Las dudas que llegaron desde el primer partido donde Argentina cayó con Arabia Saudita, hoy son alegría y festejos en el pueblo argentino que se ilusiona con conquistar su tercer Mundial, que no gana desde el año 1986, cuando Maradona y compañía se alzaron en México con el máximo título del fútbol mundial. Solo Francia o Marruecos se interponen en el camino hacia la gloria. Pero eso será otra historia.
La de ahora, ante Croacia, se escribe con una cualidad, en desuso, de este mundo del ya y del ahora en el que se vive actualmente. La paciencia es esa cualidad que pocos tienen, pero que en el fútbol cada vez que se aplica da frutos extraordinarios. Es el premio a tantas horas de lucha, partidos perdidos y finales donde Messi alguna vez entre lágrimas decía que “no se le daba”, esa misma paciencia que tuvo cuando no se le daban los resultados es la que hoy los tiene jugando una final de la Copa Mundo.
Solo bastó media hora para que el conjunto dirigido por Lionel Scaloni marcara y consiguiera la ventaja sobre una selección croata que, a pesar del orden defensivo que tanto los caracteriza, se quedó sin ideas y solo se le vio a un Luka Modric guerreando por toda la cancha y sacando al equipo de los golpes propinados por Argentina en el primer tiempo.
Historia que no se pudo cambiar en el segundo tiempo porque la selección “albiceleste” salió al campo de juego con el mismo ímpetu de la primera parte, tanto así, que terminó marcando el tercero después de una espectacular jugada de Lionel Messi, como en sus mejores tiempos, como cuando jugaba en el Barcelona y era aquel jugador que en dos dribles acababa con todas sus marcas.
Ahora Argentina espera rival, esperemos que sea el indicado para que nos ofrezcan un gran espectáculo digno de una final del mundo y posiblemente el cierre de carrera de uno de los mejores, o por qué no, del mejor jugador que ha pisado una cancha en la historia.
Jhon Edisson Vallejo
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