El Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha liberado en la tarde de este viernes a la sargenta que había secuestrado el lunes y a sus dos hijos, según han confirmado las fuerzas militares y el Ministerio de Defensa. Las fotos difundidas muestran a la madre uniformada, a los dos niños —de seis y ocho años— y a la perra de la familia. En una de las imágenes, la niña lleva en brazos su unicornio de peluche, mientras que su hermano se esconde detrás de una bandera de la Defensoría del Pueblo. Los tres están rodeados de hombres y mujeres que están vestidos con uniformes grises y que llevan los rostros cubiertos por pañoletas estampadas con el nombre y los colores de la guerrilla.
La Defensoría del Pueblo ha informado que la liberación se concretó tras la mediación de la oficina regional y de la Iglesia Católica. También ha señalado que la sargenta y sus hijos fueron recibidos “en aparente buena condición de salud”.
Ghislaine Karina Ramírez y sus dos hijos —Angie Rocío y Juan Camilo— fueron secuestrados el lunes, cuando viajaban a Arauca. La familia provenía de Melgar (Tolima) e iba en camino a una nueva vida en este municipio fronterizo con Venezuela, después de que el Ejército ordenara el traslado de Ramírez a la base de la zona. Los abuelos, Gerardo y María Nancy, los habían despedido el domingo con cierta preocupación por cómo serían sus vidas en Arauca. “Varias veces le dije que pidiera la baja. Ella dijo que no. Me dijo: ‘No papi, es una orden, tengo que cumplir”, contó Gerardo unos minutos antes de la liberación, en conversación telefónica con EL PAÍS.
La preocupación principal de la familia en estos días fue Juan Camilo, que es autista. “Yo sé que mi hija es fuerte en la situación que está pasando ahorita, pero me preocupan los niños. Es una situación distinta, sobre todo la de él. Cuando se pone bravo, aprieta, muerde… si actúa de esa forma con otra persona, uno se preocupa de que lo traten mal”, explicó el abuelo.
El miércoles, las fuerzas militares señalaron al ELN como el grupo armado detrás del secuestro. “Responsabilizamos de la vida e integridad física de nuestra suboficial y de los menores de edad al Frente de Guerra Oriental del ELN”, se leía en un comunicado que la Octava División difundió el miércoles. La Oficina del Alto Comisionado para la Paz, por su parte, pidió que el grupo se pronunciara al respecto y varios dirigentes políticos comentaron que este secuestro era contrario a lo esperaban de parte de una guerrilla que negocia la paz y que firmó un cese al fuego bilateral con el Gobierno. El ELN, sin embargo, mantuvo el silencio.
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, generó polémica este viernes por la mañana cuando responsabilizó a la sargenta por el secuestro. “Ella [estaba] sola, con sus hijos, en su vehículo, desplazándose, en una zona en la que se sabe de la presencia del Ejército de Liberación Nacional [ELN]. Ese es un acto de imprudencia”, declaró a varios medios en Buenaventura (Valle del Cauca). Según él, se espera que los miembros de la fuerza pública tengan “mucho cuidado” en sus desplazamientos, especialmente en zonas peligrosas. Después, clarificó en Twitter que su comentario no debía utilizarse “para desviar la responsabilidad del secuestro que se le atribuye sin matices a la organización armada ilegal”.