Francia Márquez merece respeto
El pasado martes 14 de marzo, diferentes medios de comunicación difundieron un fragmento de la entrevista realizada por la Revista Semana a la Vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez. En titulares de prensa y redes sociales destacaron las frases “de malas”, “soy la vicepresidenta” y “pueden llorar”, dichas por la mandataria en relación a sus viajes en helicóptero. Las reacciones en la esfera pública no tardaron en aparecer. Muchas personas manifestaron su inconformidad con las declaraciones mencionadas, tachando a la vicepresidente de “altanera” y “mal educada”. Otras aseguraron que sus palabras no son “argumentos suficientes” para el uso regular de aeronaves militares para su transporte personal.
Esto no es algo nuevo. Después de haber acogido la sugerencia del presidente, Gustavo Petro, de transportarse en uno de los helicópteros de la Fuerza Pública, a Márquez no cesan de lloverle cuestionamientos. Como funcionaria pública que debe rendir cuentas, en diferentes ocasiones ha explicado la razones detrás de esta decisión con bastante paciencia, tranquilidad y diplomacia. En en su más reciente entrevista, la vicepresidente de la nación respondió de manera más coloquial y con un matiz de molestia ante la insistencia. A pesar de no haberse “salido de sus ropas”, de manera sistemática sus declaraciones fueron descontextualizadas y reducidas por diferentes medios de comunicación.
A continuación, presentamos una breve repaso de las razones por las cuales Francia Márquez debe movilizarse por este medio de transporte.
Una vida en riesgo: la razón de los viajes en helicóptero
El pasado 10 de enero, los escoltas de la vicepresidenta hallaron siete kilos de explosivos en la carretera que lleva a su antiguo hogar. Este se encuentra ubicado en la vereda de Yolombó del municipio de Suárez, en el departamento del Cauca. De acuerdo con el informe policial, el equipo de seguridad realizó una revisión previa de la ruta, pues Márquez tenía planeado ir a su casa. Fue ahí donde detectaron una carga explosiva ubicada a un metro de la carretera sobre la ruta que conduce a su residencia. Por esta razón, tanto la Policía Nacional como el esquema de seguridad del gobierno concluyeron que se trataba de un atentado.
“Se trató de un nuevo intento de atentar contra mi vida. Sin embargo, no dejaremos de trabajar, día tras día, hasta alcanzar la paz total que Colombia sueña y necesita. No desistiremos hasta que en cada territorio sea posible vivir en verdadera armonía”, escribió la mandataria en su cuenta de Twitter.
Pero esta no es la primera vez que atentan contra la vida de Márquez. Antes de asumir el cargo como vicepresidente, había sido atacada con granadas y ráfagas de fusil, amenazada y acosada con llamadas y mensajes a su teléfono. Todo esto debido a su reconocida trayectoria como lideresa social y activista ambiental en el departamento del Cauca.
Las soluciones ante la amenaza
A raíz de esta situación, la vicepresidenta se vio en la obligación de encontrar un nuevo hogar para salvaguardar la integridad de su familia. Así mismo, y acogiendo la sugerencia del presidente, tomó la decisión de usar uno de los helicópteros de la Fuerza Aérea para transportarse. Una vez conocidos estos hechos, diferentes personalidades de la “oposición” comenzaron a señalar estas decisiones como “enriquecimiento” y “despilfarro” de los recursos del estado. En un video publicado en su cuenta de Instagram, Francia Márquez explicó con claridad las razones detrás de estas decisiones.
“El mismo presidente me dijo que no anduviera por tierra, que tenía preocupaciones por mi seguridad y que debía ser más cuidadosa. Me sugirió, entonces, que usará las herramientas que tiene el Estado”, declaró la mandataria. Así mismo, hizo especial énfasis al decir que “Esto no es una cosa de Francia Márquez. Todos los presidentes, vicepresidentes y ministros han usado los aviones y los helicópteros que tiene el Estado”.
Algunas consideraciones
Colombia está marcada por la violencia política y los magnicidios. En 1990, asesinaron tres candidatos presidenciales -entre ellos, Luis Carlos Galán-. En la campaña de 2002, Álvaro Uribe sufrió un atentado con explosivos en Barranquilla, del cual salió ileso. El 25 de junio de 2021, el helicóptero en que viajaba el entonces presidente, Iván Duque, fue alcanzado por ráfagas de fusil mientras sobrevolaba la ciudad de Cúcuta, fronteriza con Venezuela. En el 2018, Gustavo Bolívar compartió un vídeo donde se puede observar cómo proyectiles fracturan el vidrio blindado donde se transportaba junto con Gustavo Petro, entonces candidato a la presidencia. Así mismo, en la década de los 80’ y los 90’ sucedió el reconocido magnicidio de la Unión Patriótica. Y, actualmente, continúa el magnicidio de líderes y lideresas sociales a lo largo de todo el territorio nacional.
Si bien las palabras usadas por la vicepresidente no son propias del “lenguaje de la diplomacia”, se debe tener en cuenta su contexto. Están marcadas por la frustración y los constantes ataques que buscan desprestigiar su imagen ante la opinión pública. Pero también están marcadas por el miedo que suponen la amenazas de muerte. Si constantemente bombardean a la vicepresidenta tergiversando sus acciones y declaraciones ¿De qué manera, entonces, esperan que les conteste? ¿De qué forma esperan que una persona actúe cuando, además de tener en riesgo su vida, tiene que desmentir la información falsa que se difunde sobre ella?
“Todos los presidentes y todos los vicepresidentes han usado todas las aeronaves que tiene el Estado a su disposición para su seguridad. Todos. Sin excepción de ninguno. Entonces, ¿por qué la vicepresidenta pobre, que viene de abajo, humilde, entonces no lo puede usar? No, Vicky. Eso no debe ser. Y pues lo siento mucho, que vayan y me demanden si estoy haciendo algo ilegal. Pero después de haber vivido un atentado frustrado en la vía que conduce a mi casa, donde me ponen ocho kilos de explosivos, pues no me voy a dar el lujo de facilitarles las condiciones para que me maten más rápido. No voy a hacer eso. Y pueden llorar, pueden gritar, pueden hacer todo lo que quieran. Me pueden ir a demandar, si quieren, y que sea un juez que defina si estoy haciendo algo ilegal o estoy haciendo lo correcto”, dijo Francía Márquez.