- Parque Arauco está comprometido con generar un impacto positivo en las comunidades aledañas a sus activos, por eso a partir de los retos de estas poblaciones desarrolla actividades de formación, bienestar físico y emocional.
- Las iniciativas se desarrollan a partir de las necesidades específicas de cada comunidad, con un enfoque en mejorar su calidad de vida y promover la cohesión social.
- Los proyectos incluyen la creación de comunidades para la cultura e identidad y las oportunidades, diseñadas para ofrecer herramientas que impulsen el desarrollo sostenible de las comunidades.
Los centros comerciales de Barranquilla y Bello, Antioquia, se han convertido en catalizadores de transformación social a través de proyectos de inversión en cultura y empleabilidad. Estas iniciativas están diseñadas para fortalecer la identidad cultural local y mejorar las oportunidades laborales de las comunidades aledañas.
En lugares como Parque Alegra, en Barranquilla, y Parque Fabricato, en Bello Antioquia, se han desarrollado iniciativas piloto bajo tres ejes principales: comunidad de la cultura e identidad, comunidad de las oportunidades y comunidad del medio ambiente. Estos programas están diseñados no solo para fomentar el sentido de pertenencia, sino también para ofrecer herramientas que permitan a las comunidades prosperar a largo plazo.
Según Ana Bernal, jefe Corporativa de Sostenibilidad de Parque Arauco, “los proyectos de inversión social estratégica tienen como objetivo crear comunidades que sientan un mayor sentido de pertenencia hacia los centros comerciales. No solo buscamos atraer visitantes, sino crear espacios que reflejen la identidad y los valores de las personas que viven cerca.”
Las comunidades de “la Cultura e Identidad” y “las Oportunidades” han comenzado a organizar actividades culturales y talleres de capacitación laboral. Aunque las iniciativas aún están en una fase temprana, la convocatoria ha sido bien recibida. “Los testimonios recogidos en entrevistas con actores locales evidencian cómo las iniciativas culturales han resignificado espacios y fortalecido la identidad bellanita”, afirma Bernal. En Barranquilla, las primeras reacciones han sido también positivas, y las redes sociales ya muestran un gran interés por las actividades desarrolladas.
“En el sur de Barranquilla, identificamos que la vulnerabilidad económica y el desempleo son temas prioritarios, por lo que decidimos enfocar nuestros esfuerzos en la empleabilidad, brindando a los jóvenes habilidades digitales y blandas que les permitan acceder al mercado laboral”, explica Bernal. Este enfoque busca reducir la exclusión social y mejorar las oportunidades económicas.
A largo plazo, los proyectos no solo se centran solo en lo cultural y en la formación para el empleo, sino también en una visión de sostenibilidad ambiental. Estos centros comerciales, además de su rol comercial, están promoviendo la descarbonización y el desarrollo de ciudades resilientes, consolidándose como actores clave en la cohesión social y el crecimiento económico de las zonas en las que operan.
Con la implementación de estas iniciativas, el éxito se medirá a través de una combinación de métricas cuantitativas y cualitativas, como el aumento de la participación en actividades culturales, la mejora en la percepción de los centros comerciales como espacios comunitarios y el mejoramiento de habilidades en los participantes.
Estas estrategias, según Bernal, son solo el inicio de un proyecto más amplio: “Estamos evaluando la posibilidad de replicar y expandir estos programas a otros territorios donde tenemos operaciones, siempre adaptándonos a las realidades locales para asegurar un impacto significativo”.
En resumen, a través de estos proyectos de inversión social, los centros comerciales en Barranquilla y Bello, Antioquia, se están posicionando como motores de cambio, promoviendo la integración, el desarrollo económico y la sostenibilidad a largo plazo en sus comunidades.