Panorama de la inseguridad alimentaria en Colombia: avances y desafíos del 2024

El DANE reporta leve reducción en la inseguridad alimentaria, pero persisten brechas regionales y sociales marcadas
Por: Marcela Ruiz Rodríguez.
Bogotá, mayo de 2025 – La inseguridad alimentaria se define como la falta de acceso constante a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos para llevar una vida saludable. Esta condición puede ir desde una preocupación leve por no contar con recursos para obtener alimentos, hasta situaciones graves de hambre.
Para medir esta realidad, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) emplea la Escala de Experiencia de Inseguridad Alimentaria (FIES), una metodología avalada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Según los datos presentados el 22 de mayo del 2025 por parte de Piedad Urdinola, directora del DANE, durante el periodo 2023-2024 se observó una leve disminución en la prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave, al pasar del 26,1% al 25,5% a nivel nacional. Este resultado sugiere avances en el acceso a los alimentos, aunque con dinámicas distintas según el contexto geográfico y social.

En las cabeceras municipales, por ejemplo, la inseguridad alimentaria moderada o grave se redujo en 1,7 puntos porcentuales, alcanzando el 23,0%. En contraste, en los centros poblados y zonas rurales dispersas se registró un aumento de 3 puntos, ubicándose en 34,2%. Estos cambios están relacionados, entre otros factores, con fenómenos climáticos como El Niño y La Niña, que impactan la producción agrícola y el abastecimiento en las regiones más apartadas.
Respecto a la inseguridad alimentaria grave, que representa las situaciones más críticas, se evidenció un leve aumento en el país del 4,8% al 5,0% durante el mismo periodo.
A nivel departamental, los mayores niveles de inseguridad alimentaria moderada o grave se reportaron en La Guajira (52,4%), Sucre (49,5%) y Córdoba (47,6%). Por el contrario, los menores porcentajes se observaron en Santander (16,2%), Bogotá (13,9%) y Caldas (12,8%), evidenciando una menor incidencia hacia el centro del país.
El informe también analiza características sociodemográficas que influyen en el acceso a los alimentos. Por ejemplo, los hogares con mayor número de integrantes presentan una mayor prevalencia de inseguridad alimentaria. También, se observa una diferencia según el sexo del jefe de hogar: cuando la jefatura es femenina, la prevalencia alcanza el 28,2%, frente al 23,1% en los hogares encabezados por hombres.
Además, el nivel educativo es un factor determinante: los hogares con menor nivel de escolaridad registran un 47,4% de prevalencia, mientras que aquellos con educación superior presentan solo un 12,5%.
Desde la FAO, el representante en Colombia Agustín Zimmermann, señaló que América Latina y el Caribe es actualmente la única región con posibilidades reales de alcanzar la meta de Hambre Cero en el año 2030. En ese contexto, Colombia ha mostrado avances.

El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) destacó reducciones en las cifras de muertes por hambre en departamentos como Cesar (48%), La Guajira (29%) y Chocó (24%) durante el actual gobierno.
En conjunto, estos datos permiten comprender mejor la situación de seguridad alimentaria en el país y ofrecen una base sólida para orientar estrategias de política pública que promuevan una alimentación adecuada para toda la población colombiana.