La desvalorización no es culpa de Gustavo Petro.
Desde hace varias semanas la moneda colombiana ha venido perdiendo su valor en relación al dólar estadounidense. El pasado miércoles 2 de noviembre, por primera vez en la historia del país, la moneda norteamericana estuvo evaluada en $5.017 pesos: un hecho que aúna la angustia existente sobre el estado actual de la economía colombiana.
Varias personalidades de la política gubernamental han señalado ante distintos medios de comunicación un solo responsable: el nuevo gobierno en cabeza de Gustavo Petro. Tal es el caso del ex-vicepresidente Francisco Santos quien, en una entrevista con la periodista Vicky Davila para la Revista Semana, señaló que las declaraciones del actual presidente y su Ministra de Minas, Irene Vélez, “lo único que han hecho es generar desconfianza y eso tiene el impacto en el precio del dólar”.
Gustavo Petro (izq.) y Fransico Santos (der.) Foto tomada de Infobae
Así mismo, el excandidato presidencial Federico Gutierrez via Twitter le “recordó” al mandatario que ya no se encuentra en campaña, que “piense en el país” y que “esto no es un juego”. También otras personalidades como Orlándo Santiago, economista y analista de la compañía financiera Fénix Valor, declaró para la revista mencionada anteriormente que los planteamientos de Petro y su bancada generan desconfianza porque pretenden “cambiar las cosas que funcionan y eso genera incertidumbre”.
Sin embargo ¿Acaso las palabras de Gustavo Petro, Francia Márquez y su equipo de trabajo tienen el poder suficiente para “afectar el precio del dólar” como estas personas lo mencionan? A continuación podrán leer las verdaderas razones detrás de la desvalorización del peso colombiano respecto al dolar norteamericano.
La valorización del dolar
En primer lugar se encuentra la valorización del dólar estadounidense. Según la Asociación Nacional de Instituciones Financieras de Colombia (Anif), el vertiginoso aumento del dólar en las últimas semanas, frente a varias monedas de la economía mundial, “se remonta a factores que se vienen consolidando desde la pandemia y la consecuente suspensión de las actividades económicas”.
En su informe financiero Entre factores externos e internos se explica la volatilidad del peso colombiano, esta organización menciona que Estados Unidos registró “algunos de los peores indicadores económicos en la historia del país durante 2020, seguidos de un crecimiento acelerado en 2021 que superó los registros prepandémicos. Ese rebote se dio como resultado del levantamiento de las restricciones a la movilidad, el consumo privado postergado y las políticas fiscales y monetarias expansivas”. Si bien a nivel internacional se esperaba un reajuste de los precios a comienzo del 2022, para pasar a una etapa transitoria hacia la recuperación general de la economía mundial, el conflicto militar entre Rusia y Ucrania perturbó el proceso y cambió todos los pronósticos. La Anif señala que las sanciones impuestas por la OTAN -en cabeza de Estados Unidos- y la Unión Europea a Rusia “han llevado al país a una desconexión parcial del comercio internacional”, hecho que ha afectado de manera grave el mercado de commodities, particularmente de petróleo y gas natural: “Eso ha llevado a un notorio ajuste en los precios de los combustibles y otros bienes claves como los cereales, el maíz, el trigo y los fertilizantes. De esta forma se ha desencadenado mayores presiones inflacionarias tanto en Estados Unidos (inflación de 9%, en junio), como en el resto del mundo”.
Foto tomada de EL Espectador.
De acuerdo con lo anterior, es necesario tener en cuenta que “el fenómeno inflacionario aqueja a la mayoría de las economías mundiales debido al consumo rezagado de la pandemia, disrupciones en las cadenas globales de valor y afectaciones al mercado internacional de commodities debido a la crisis en Ucrania”. En este sentido, en la actualidad la inflación del país norteamericano supera el 9% y esto ha traído como consecuencia que la Reserva Federal (FED) haya subido su tasa de fondos federales en 150pb en lo corrido de este año. La Anif menciona que “se teme que las decisiones de la FED lleven a la economía a una recesión y, en tal caso, los inversionistas prefieren blindar sus portafolios con dólares en efectivo, que son virtualmente libres de riesgo”. Pero, lejos de ser un pronóstico distante, esta aseveración se ha venido materializando en los últimos meses y esto explica por qué 21 monedas han perdido su valor frente al dólar -entre esas el peso colombiano-.
COVID-19 y Paro Nacional
En segundo lugar se encuentra la pandemia provocada por el COVID-19. Es un hecho que esta situación afectó la experiencia humana en todas sus esferas y matices. Como se mencionó en párrafos anteriores, en términos económicos supuso un trastorno cuyas consecuencias se han consolidado dos años después. La Anif señala que “La tasa de cambio desde inicios de la pandemia ha estado marcada por la alta volatilidad. Los cierres de las economías, la caída en la demanda y el precio de venta del petróleo, el incremento en el gasto social y la incertidumbre mundial presionaron la divisa al alza en el periodo de la emergencia económica”. En este sentido, y hablando particularmente sobre la situación del peso colombiano, esta organización afirma que “se incrementaron los temores de los inversionistas por la delicada situación fiscal que se vivió [en Colombia] en medio de la pandemia e impactó de igual forma la senda de devaluación que venía transitando nuestra moneda”.
En su informe ¿A qué se debe la volatilidad del peso?, la Anif recuerda que “las políticas implementadas durante la pandemia implicaron un aumento significativo en el gasto público” y esto tuvo como consecuencia “un incremento en el déficit fiscal, que pasó de significar 48.8% del PIB en 2019 a 60.8% en 2021”. En este sentido, y asociado con las presiones sobre el gasto público, “se presentó una reducción de ingresos para el país debido al menor nivel de demanda interna, la caída del precio del petróleo y la disminución en el recaudo tributario”, por lo cual el déficit fiscal del país pasó de 7.8% del PIB en el 2020 al 7.1% en 2021. Debido a esto, el gobierno nacional -en cabeza del entonces presidente Iván Duque y el Ministerio de Hacienda Alberto Carrasquillas- tomó la decisión de radicar en el primer semestre de 2021 una reforma tributaria, la cual tuvo como consecuencia una serie manifestaciones sociales sin precedentes a lo largo del país y, así mismo, “la pérdida de calificación crediticia del país”. La inestabilidad económica causada por la pandemia y la inestabilidad social causada por las decisiones del gobierno de Duque generaron desconfianza en los inversionistas, generando pérdidas en el grado de inversión del país.
Lo hechos descritos con anterioridad demuestran que, lejos de ser una responsabilidad limitada al nuevo gobierno colombiano, el alza del dólar y la consecuente devaluación de la moneda local tienen que ver con una serie de factores externos e internos que encuentran sus orígenes varios años atrás, justo cuando Iván Duque figuraba como su presidente. En este sentido, contrario a las apreciaciones hechas por personajes como Francisco Santos, la situación actual de nuestra economía en relación a la moneda estadounidense se debe a un déficit fiscal profundo -uno de los más grandes en la historia de Colombia-, una inflación creciente, una moneda devaluada, la cuenta corriente en rojo, altos niveles de endeudamiento y una deuda que se encarece con la pérdida del valor adquisitivo del peso frente al dólar. Estas problemáticas no comenzaron una vez Petro y Márquez asumieron el gobierno del país: se han venido desarrollando por más de una década y se agravaron con situación extremas como la pandemia por COVID-19 y el estallido social del 2021, hechos que sucedieron durante el paso de Iván Duque por la presidencia del país.
Sin embargo, no se puede negar que la transición energética propuesta por el gobierno de Petro y Márquez genera incertidumbre en el mercado, pero es bastante impreciso adjudicar toda la responsabilidad sobre la devaluación del peso colombiano y su volatilidad frente al dólar estadounidense. El nuevo gobierno debe encontrar estrategias asertivas y pertinentes para garantizar la tranquilidad de sus habitantes, y las diferentes esferas del mercado, respecto a las formas en las cuales llevarán a cabo su programa de gobierno en contexto de una crisis económica mundial en ciernes.