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La esperanza cafetera: reactivación de COOPERANDES y lecciones de una crisis

Foto: Cortesía

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Por: María José Navarro Muñoz – Superintendente de la Economía Solidaria.

 

Durante más de seis décadas, la Cooperativa de Caficultores de Andes Ltda. – COOPERAN – fue un pilar económico y social para el suroeste antioqueño. Con más de 3.900 asociados y presencia en los municipios de Andes, Jardín, Hispania y Ciudad Bolívar, COOPERAN garantizaba la compra de café, acceso a insumos, créditos solidarios, educación rural y empleo formal. Sin embargo, desde el año 2019, la cooperativa entró en una espiral de deterioro que la condujo a una intervención administrativa y posteriormente a una liquidación forzosa. Hoy, gracias a un ambicioso plan de reactivación que hemos liderado desde la Superintendencia de la Economía Solidaria, vuelve a abrirse una ventana de esperanza para toda la región.

 

El proceso de intervención reveló una verdad dolorosa: la crisis de COOPERAN no fue solo financiera, sino también estructural y sistémica. ¿Qué pasó? ¿Cómo una organización tan robusta terminó en la cuerda floja? Parte de la respuesta está en un fenómeno poco comprendido pero determinante: los contratos a futuro en café.

 

Contratos a Futuro: ¿Oportunidad o Trampa?

 

En la búsqueda de asegurar precios competitivos y proyectar ingresos, COOPERAN participó activamente en contratos a futuro de café. Este instrumento financiero, ampliamente utilizado en los mercados globales, permite pactar anticipadamente el precio de venta de una cosecha que se entregará meses después. En el caso del café, esto implica comprometer una cantidad específica a un precio pactado con antelación. El problema surge cuando se firma más café del que se puede entregar o cuando los precios de mercado fluctúan de forma drástica.

 

En principio, es una herramienta útil para reducir la incertidumbre. Sin embargo, su uso exige una alta capacidad técnica, control riguroso y, sobre todo, información y transparencia sobre los riesgos asociados a estas operaciones, especialmente si dependemos de la volatilidad de precios internacionales, como es el caso del café.

 

En el caso de COOPERAN, la estrategia deja muchas lecciones aprendidas. Muchos asociados no cumplieron con las entregas pactadas por el aumento del precio internacional del café, pues los contratos de café a futuro con la Federación Nacional de Cafeteros fueron firmados principalmente en 2021, con entregas proyectadas hacia finales de 2021 e inicios de 2022​. En noviembre-diciembre de 2021, el precio interno del café en Colombia estaba alrededor de $1.800.000 a $2.000.000 por carga de 125 kg, debido al alza internacional del grano. Para marzo de 2022, los precios ya habían superado los $2.200.000 o más por carga, lo que incrementó el costo de reposición para COOPERAN en caso de tener que comprar café en el mercado abierto para cumplir sus compromisos.

 

Además, las decisiones fueron tomadas sin autorización de los órganos democráticos de la cooperativa, bajo una gerencia con excesiva concentración de poder. La falta de control interno agravó la situación.

 

Esta situación generó un quebranto patrimonial, pérdida de credibilidad y la posteriormente, en el 2022, la orden de liquidación por parte de la Superintendencia de la Economía Solidaria. Sin embargo, hay que destacar que la cooperativa estuvo en una intervención forzosa con fines administrativos desde 2019, donde tampoco se tomaron las medidas para mitigar los riesgos y se continuo con el instrumento de contratos a futuro.

 

Lo ocurrido pone en el centro del debate la necesidad urgente de fortalecer la gobernanza cooperativa, el control interno y la educación financiera entre productores, pero especialmente develar los riesgos. El uso de instrumentos de cobertura debe estar acompañado de transparencia, formación técnica y modelos participativos que no expongan a las organizaciones a riesgos desproporcionados.

 

La nueva ruta de COOPERANDES

 

Con COOPERAN desde hace casi un año se ha realizado un trabajo que articula varios actores, pero especialmente, la base campesina de los municipios del área de influencia de la Cooperativa, que conduzca a la firma de un acuerdo de acreedores, para revertir la liquidación y volver a operar bajo un modelo de administración transitoria. ¿En qué estamos? Se negocia un acuerdo con acreedores, se actualizan avalúos y se proyecta un plan a 25 años. La deuda con la FNC podría pagarse sin sanciones, usando el café que los mismos asociados volverán a entregar en un modelo reformado, transparente y cooperativo.

 

La importancia de este acuerdo radica en la estabilidad que genera para la región la reactivación de COOPERAN. La cooperativa movía alrededor de 11 millones de kg al año, esto generaba estabilidad en los precios del café en la región, ya que se compraba más del 60% del café de la región, generaba empleo formal y garantizaba la compra de la cosecha a más de 6 mil productores. Hoy, hay alrededor de 65 agencias y mucha inestabilidad en las operaciones y transacciones producto de la operación de compra y venta de café.

 

El plan de reactivación contempla:

 

  1. Un acuerdo de acreedores para pagar obligaciones por etapas.
  2. Recuperación del modelo comercial, con enfoque en café pergamino, cafés especiales e insumos agrícolas.
  3. Fortalecimiento del gobierno corporativo, que contempla la ampliación de la base social, democratizar la cooperativa y diseñar un programa para la atraer jóvenes rurales.
  4. Supervisión preventiva y acompañamiento técnico por parte de la Superintendencia.
  5. Revalorización de activos, modernización operativa y eficiencia administrativa.

 

Un modelo para el país

 

COOPERAN no es un caso aislado. Otras organizaciones del sector solidario enfrentan hoy retos similares. La experiencia de esta cooperativa debe convertirse en ejemplo nacional: ni el modelo cooperativo está en crisis, ni los campesinos caficultores están condenados a desaparecer. La clave está en la industrialización, la participación comunitaria y control institucional incluyente. Seguir dependiendo de la compra y venta del grano de café nos expone a riesgos del mercado que al final, impactan la producción campesina.

 

La reactivación de Cooperan, más allá de cifras y balances, representa una promesa: que el café siga siendo esperanza, dignidad y futuro para Colombia.


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