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La sabiduría de Aristóteles en la era tecnológica ¿cómo aplicarla?

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¿Qué diría el sabio de Estagira sobre este siglo XXI dominado por las redes sociales, la inteligencia artificial y el teletrabajo? Lo cierto es que la sabiduría de Aristóteles en la era tecnológica sigue siéndonos de utilidad por múltiples razones. La filosofía se alza aún a día de hoy como la mejor herramienta para cultivar el pensamiento crítico, reflexivo, analítico y también ético.

En esta sociedad dominada por la ciencia e internet y donde ya asoman conceptos como el transhumanismo o la tecnogénesis se hace más necesario recuperar voces sabias de nuestro pasado para meditar sobre el presente. La tecnología y la innovación actual nos obligan en cierto modo a reformular muchas de nuestras realidades cotidianas. Las relaciones, la cultura, la política y el propio futuro varían de forma constante.

No importa que figuras que habitaron en la Grecia Antigua no imaginaran jamás cómo iba a ser el futuro de la humanidad. Lo que nos legaron en su día nuestros filósofos sigue siéndonos útil, valioso e incluso necesario. Lo analizamos.

 

Los 3 pilares de la sabiduría de Aristóteles en la era tecnológica

Nuestra historia cuenta con filósofos que demostraron un notable interés por el mundo tecnológico y sobre lo que esto podía suponer. Nombres como Karl Marx y Ernst Kapp aportaron su enfoque filosófico en esta área. No obstante, fueron John Dewey, José Ortega y Gasset y Hannah Arendt, quienes vieron en la tecnología una dimensión central en la vida social.

Un ejemplo, Ortega y Gasset nos dejó su obra Meditaciones de la técnica para convencernos de que la ingeniería es lo que nos hace plenamente humanos. La mera fabricación de una herramienta ya suponía según él, un gran progreso. Ahora bien, Aristóteles en cambio tenía una visión mucho más negativa sobre este tema. Para él, lo más importante era el pensamiento, la filosofía y la metafísica.

La ingeniería era para el sabio de Estagira un asunto de gente inferior porque convertía a las personas en esclavas. Quizá, por ello, y por alimentar ese filtro más crítico, resulta interesante recuperar una parte de sus fundamentos.

La sabiduría de Aristóteles en la era tecnológica nos anima a hacer un buen uso de nuestra brújula moral. Es atender muchas de nuestras acciones cotidianas para reflexionar en qué podríamos hacer para construir un mundo digital más ético, respetuoso y digno. Para ello, nos basaremos en las virtudes que expuso en su obra de Ética a Nicómaco.

La verdad, el más importante de los principios en la era de Internet

La verdad en el mundo de las redes sociales es en ocasiones la gran ausente. Lo cierto se tergiversa, abundan las medias verdades y las mentiras enteras en forma de fake news que se convierten en virales. Vemos también un exceso de personas que bajo el anonimato, engañan a otras para obtener beneficios.

Las grandes mercadotecnias del engaño, por su parte, intentan también hacernos creer realidades a través de la más sofisticada manipulación. Por tanto, la primera clave de la sabiduría de Aristóteles en la era tecnológica es procurar en todo momento hacer honor a la verdad.

“Decir de lo que es que es y de lo que no es que no es, es lo verdadero. Decir de lo que es que no es y de lo que no es que es, es lo falso”.

-Aristóteles-

La belleza como sinónimo de bondad

Este dato es interesante. Para Aristóteles la belleza no tiene nada que ver con aquello que atrae a través de los sentidos, con esa figura, objeto o persona que resulta atractiva mirarla y que despierta el deseo. En realidad, lo que es hermoso tiene para el sabio de Estagira la particularidad de ser y noble

Por tanto, en esta era de lo tecnológico todo aquello que se cree, diseñe y fabrique debe tener como finalidad mejorar nuestra vida. Toda ingeniería, toda aplicación, todo avance debe estar orientado a generarnos bienestar.

“La verdadera felicidad consiste en hacer el bien”.

-Aristóteles-

 

La sabiduría de Aristóteles en la era tecnológica y el concepto de unidad

La sabiduría de Aristóteles en la era tecnológica nos recuerda otra virtud imprescindible: la unidad. Esta idea se relaciona con la necesidad de que todo progreso sirva para unirnos como grupo, como colectivo orientado al bienestar de todos sus miembros.

De este modo, si bien es cierto que Internet ha facilitado que estemos más interconectados que nunca, también es real que se generan más polaridades que nunca. Abundan las críticas, los ataques, los trolls, las campañas de desprestigio e incluso el acoso online. Estas conductas son todo lo opuesto al concepto de virtud definida por Aristóteles.

Estos cuatro pilares que nos legó en su día siguen siendo atemporales. Asimismo, y de algún modo, nos obligan a tomar conciencia de que muchas veces los descuidamos por completo. Aceptarlos, hacerlos nuestros y ponerlos en práctica, traza para todos nosotros un mejor camino a seguir de cara al futuro. Un mañana dominado por completo por lo tecnológico y en el que no debe faltar tampoco la filosofía.

“Es preciso que la filosofía sea un saber especial, de los primeros principios y de las primeras causas”.

-Aristóteles-


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