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Las fake news y conversaciones que ha dejado la guerra de aranceles

Foto: Cortesía

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Bogotá, abril de 2025. La desinformación digital se ha convertido en un factor de riesgo económico de gran relevancia. El impacto de las fake news en contextos como la actual guerra de aranceles lo demuestra, pues el pasado 7 de abril, una noticia falsa sobre la suspensión de aranceles en Estados Unidos provocó un repunte instantáneo de 2,4 billones de dólares en el índice S&P 500, hasta que la Casa Blanca desmintió la información, generando una caída abrupta. Este caso, que comenzó con una publicación anónima amplificada por redes y replicada por medios financieros, refleja cómo la desinformación puede mover mercados y afectar decisiones de inversión a escala global.

 

En este contexto, la conversación digital en torno al reciente aumento de aranceles impulsado por la administración Trump ha crecido de forma exponencial. Un análisis realizado por LLYC, detectó más de 815.000 menciones en redes sociales en Colombia durante el último mes, con tres ejes principales: el impacto económico local, las reacciones del presidente Gustavo Petro y las tensiones comerciales globales. Las preocupaciones sobre una posible afectación a las exportaciones colombianas, sumadas a los temores de una escalada en la guerra comercial global, han alimentado un clima de incertidumbre en redes sociales y medios digitales.

 

Dentro de esta conversación, han circulado varias fake news que han contribuido a alterar la realidad. Entre las más destacadas están:

“Vivimos en un entorno marcado por decisiones económicas abruptas y una conversación digital cada vez más fragmentada, donde las fake news no solo propagan confusión, sino que pueden desencadenar reacciones en cadena que alteran los mercados, afectan la confianza y condicionan la toma de decisiones. Para mitigar estos riesgos, es esencial combinar un análisis cuantitativo riguroso con herramientas avanzadas de verificación colaborativa, promover la alfabetización mediática y fomentar espacios de diálogo público-privado basados en evidencia y transparencia.” afirmó Andrés Ortiz, socio y director general para Colombia en LLYC.

 

Más allá del caso puntual de los aranceles, la desinformación tiene un impacto económico sistemático para las empresas. Estimaciones internacionales apuntan a que las pérdidas causadas por las fake news alcanzan los 78.000 millones de dólares al año, de los cuales casi la mitad se atribuyen a la volatilidad en los mercados financieros. Casos como el hackeo de la cuenta de Associated Press en 2013 —que provocó una caída de 136.000 millones de dólares tras un tuit falso sobre una explosión en la Casa Blanca— son evidencia del alcance que puede tener una noticia falsa, incluso cuando proviene de fuentes aparentemente confiables.

 

En un entorno hiperconectado y de alta sensibilidad económica, donde una publicación puede alterar el curso de los mercados, la verificación rigurosa y la responsabilidad informativa ya no son opcionales: son una necesidad compartida por medios, gobiernos, empresas y ciudadanos


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