Los trabajos comunitarios que transforman a La Candelaria en Bogotá

La Candelaria es el escenario de comunidades que se expresan a través del arte.
Bogotá, La Candelaria — Entre calles empedradas y fachadas coloniales, La Candelaria no solo es el corazón histórico de Bogotá, sino también un epicentro de iniciativas comunitarias que tejen redes de solidaridad y progreso. Tras indagar en proyectos locales y convocatorias recientes, destacamos los trabajos comunitarios más relevantes que están marcando la diferencia en este emblemático barrio.
1. El “Botón de la Inclusión”: Empleo para Exhabitantes de Calle
Desde mayo de 2023, la Secretaría de Integración Social lanzó una plataforma digital que conecta a exhabitantes de calle con oportunidades laborales en Bogotá. Este proyecto, pionero en inclusión social, permite a los usuarios acceder a ofertas de empleo público y privado, con seguimiento personalizado. En La Candelaria, donde la población en situación de calle ha sido históricamente visible, esta herramienta ha facilitado la vinculación de decenas de personas a trabajos formales, desde auxiliares de bibliotecas hasta promotores culturales .
“Ahora tengo un empleo estable en una librería del centro. El ‘Botón’ me dio una segunda oportunidad”, relata Juan Pérez, beneficiario del programa.
2. BibloRed: Mediadores Culturales en Bibliotecas Locales
La red de bibliotecas de Bogotá, BibloRed, ha abierto convocatorias para roles como Gestores de Servicios Bibliotecarios y Mediadores de Lectura, con énfasis en comunidades vulnerables. En La Candelaria, estos profesionales no solo gestionan actividades culturales, sino que también promueven talleres de escritura y oralidad en espacios como la Biblioteca Luis Ángel Arango. Los requisitos incluyen formación en humanidades y experiencia en trabajo comunitario, priorizando a residentes del área .
3. “Crónica de una ciudad que fue”: Memoria Audiovisual de La Candelaria (2017-2019)
Entre el murmullo de las calles empedradas y el eco de un Bogotá que ya no existe, el proyecto “Crónica de una ciudad que fue” (2017-2019) revive el pasado oscuro y fascinante del barrio de La Candelaria. Dirigido por Jorge Caballero, cineasta colombiano obsesionado con entrelazar tecnología y memoria, la obra reconstruye la ciudad de los años 40 a través de los ojos de José Joaquín Jiménez, alias “Ximénes”, un cronista marginal que retrató bares clandestinos, prostíbulos y callejones como “La calle sola” o “El patio de las brujas”. Con realidad virtual, Caballero convierte fachadas coloniales en un alfabeto viviente: cada pared escaneada —20 calles alrededor de la Plaza de Bolívar— se transforma en letras que narran relatos olvidados, mientras una banda sonora de pianos desgastados y pasos lejanos transporta al espectador a una época de sombras y resistencia.
Detrás de esta inmersión hay años de investigación en hemerotecas polvorientas, donde Caballero y su equipo rescataron crónicas de Jiménez publicadas en diarios como El Tiempo, junto con archivos personales aportados por Joe Jiménez, hijo del escritor. El legado del proyecto trasciende la pantalla: tras su estreno en el festival SXSW (Texas, 2019), las crónicas de Ximénes resucitaron en formato físico gracias a un libro de Idartes —parte de la colección Libro al Viento—, llevando así la voz de un fantasma literario a las manos de bogotanos que hoy caminan, sin saberlo, sobre las huellas de sus palabras.
4. La Candelaria siembra futuro en sus balcones y patios
Entre adoquines y casas coloniales, un movimiento verde germina en La Candelaria. El Jardín Botánico de Bogotá ha conformado la tercera red de agricultores urbanos del barrio, donde vecinos transforman balcones, terrazas y patios en huertas comunitarias. Este proyecto, que suma 50 nuevos cultivadores a los 400 ya existentes en la ciudad, enseña técnicas de siembra, compostaje y cosecha a quienes quieren reconectar con la tierra en pleno centro histórico.
En talleres prácticos, los participantes aprenden a cultivar desde aromáticas hasta hortalizas, creando no solo alimentos sino también redes de solidaridad. La iniciativa, que incluye una ruta agroecológica por el barrio, demuestra que hasta en el corazón de cemento de Bogotá puede florecer la agricultura. “Esto es resistencia alimentaria y comunidad”, comenta María Rodríguez, quien ahora cosecha lechugas en su ventana. El proyecto, que ya suma tres redes locales, siembra esperanza de una ciudad más verde y autosuficiente.
5. La Candelaria siembra futuro en sus balcones y patios
Entre adoquines y casas coloniales, un movimiento verde germina en La Candelaria. El Jardín Botánico de Bogotá ha conformado la tercera red de agricultores urbanos del barrio, donde vecinos transforman balcones, terrazas y patios en huertas comunitarias. Este proyecto, que suma 50 nuevos cultivadores a los 400 ya existentes en la ciudad, enseña técnicas de siembra, compostaje y cosecha a quienes quieren reconectar con la tierra en pleno centro histórico.
En talleres prácticos, los participantes aprenden a cultivar desde aromáticas hasta hortalizas, creando no solo alimentos sino también redes de solidaridad. La iniciativa, que incluye una ruta agroecológica por el barrio, demuestra que hasta en el corazón de cemento de Bogotá puede florecer la agricultura. “Esto es resistencia alimentaria y comunidad”, comenta María Rodríguez, quien ahora cosecha lechugas en su ventana. El proyecto, que ya suma tres redes locales, siembra esperanza de una ciudad más verde y autosuficiente.