Más de la mitad de los acueductos de Antioquia tienen agua de mala calidad
La proliferación de la población en Antioquia, ha llevado a crear cascos urbanos en partes en las que nunca se hubiera proyectado su posibilidad o viabilidad, en tal medida, el establecimiento y aprovechamiento de una población, parte de la viabilidad del terreno y de los recursos circundantes, en ello, la obtención de las aguas ha dependido en gran medida, de utilizar el agua de quebradas o ríos aledaños a las comunidades, pero temas cómo la variabilidad de las aguas, nunca fue una problemática a resolver por muchos de sus integrantes, ya que estos solo buscaban tener el agua en sus hogares, no obstante, el aprovechamiento de privados siempre ha estado por encima del interés público, e incluso la mala gestión por parte de personas enganchadas a estos puestos comunitarios, aleja el avance en cuanto al tratamiento particular de cada acueducto.
Pero dichos acuíferos no son aptos, dado la composición de minerales arrastrados por el paso del agua en sus vertientes o incluso por los semovientes que se pueden encontrar al lado de los mismos, en el estudio realizado, por la empresa ACUATUBOS S.A.S. en el presente año, se encontró que, solo 925 de los 1542 acueductos en Antioquia responde con los estándares mínimos de potabilización de aguas y que cerca de 663 distribuyen agua que es un peligro para el consumo humano.
Con la intervención amañada del gobernador de Antioquia Álvaro Uribe Vélez en el año de 1997 de liquidar la empresa de servicios públicos de acueducto y alcantarillado Antioquia E.S.P., dándole el derecho a privados de manejar las entidades públicas, desmembró el tejido social que las comunidades habían creado y que los llevo a formalizarse como acueductos veredales, creando con la necesidad del agua, el aprovechamiento de algunos de los sectores empresariales antioqueños, ya que la gran rentabilidad que había tenido EPM en la ciudad de Medellín era más que visible.
Ahora bien, la problemática se incrementa, ya que, en la repartición de acueductos, se tuvo en cuenta a los cascos urbanos, puesto que, estos con su gran cantidad de población, son una inversión moderada y de gran rentabilidad, en cambio, los acueductos veredales, son dejados de lado, pues bien, las inversiones no son tan viables, incluso, el solo llegar a intervenirlos en lo más mínimo, puede ser el inicio de pérdidas económicas de una empresa.
En tal medida, los partidos políticos tradicionales, se han aprovechado de las veredas o corregimientos, para ser los adalides del agua e incluso, llamar en sus eslóganes de campaña. “Por la defensa del agua” pero, al llegar a dichos cargos, suelen abandonar estas propuestas, o en caso de cumplir con ellas, llegar a acordar con algunas empresas, realizar la misma planta de tratamiento en distintos lugares, sin importar la calidad, alcalinidad, color, pH o turbiedad, lo cual llevo a instalar plantas que no respondían al tratamiento de la manera que se esperaba e incluso que solo fueron construidas en lugares en los que ni el agua alcanzaba a llegar.
Por: Santiago Rey David Echavarría