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Por: Jorge Enrique Robledo, exsenador de la República.

 

Alguien me dijo: “Con lo bien que iba Colombia y llegó Petro y se la tiró”. Afirmación que le comenté: “Podemos coincidir en lo mal que ha gobernado Petro. Pero no en que antes el país fuera bien, porque iba tan mal que fue por eso que ganó, al lograr un voto de castigo contra los presidentes anteriores y contra los partidos políticos que los eligieron y gobernaron con ellos”.

Porque los colombianos más adinerados y los de mejores ingresos de las clases medias pueden afirmar que les ha ido bien en Colombia y que, incluso, en este Gobierno siguen disfrutando de sus negocios e ingresos. Pero también es verdad que los malos y pésimos indicadores económicos y sociales anteriores a 2022 demuestran el mal rumbo que llevaba el país y explican el voto de castigo a favor de Petro y contra los gobiernos y los políticos que gobernaron antes del Gobierno actual, amplia y profunda repulsa que hicieron evidentes los grandes paros de 2019 y 2021.

Y votaron a favor del “cambio” de Petro hasta sectores con mejores condiciones de vida, pero con conocimientos y concepciones políticas que también los llevaron al voto de castigo contra lo que habían impuesto los gobiernos anteriores, en cuanto a la economía neoliberal y los enormes sufrimientos ciudadanos originados en las prácticas políticas y económicas corruptas que avergüenzan a los colombianos ante el mundo.

Martirizan tanto las tantas carencias, que 4,7 millones de colombianos han preferido abandonar a Colombia y a sus familiares y amigos, para irse a trabajar a otros países, antes que quedarse aquí padeciendo por la falta de oportunidades y por todos los males propios de ella. ¡Y no se han desplazado muchos más, porque carecen de los recursos suficientes para hacerlo!

Siendo cierto, además, el fracaso de la Paz Total de Gustavo Petro: ¿esa violencia que nos azota no lleva sesenta años creciendo y martirizándonos, sin arreglar nada y empeorándolo todo en el país? ¿No fracasaron los gobiernos anteriores en hacer de Colombia un país en paz?

¿La gran corrupción en la contratación pública, asociada con la extorsión de la politiquería clientelista, empezó en 2022? Por supuesto que no. Porque se sabe que con gran fuerza se remonta al Frente Nacional (1968), manguala que acabó con la violencia liberal-conservadora tras acordar repartirse al 50 por ciento todo el gasto público, como botín de los políticos en el poder, práctica corrupta que continuó empeorada luego del Frente Nacional, como en abundancia está probado, antes y durante el Gobierno de Gustavo Petro.

Los que repudiamos esas prácticas tenemos todo el derecho a no unirnos con los que sí las han practicado y practican, al tiempo que respaldamos la candidatura presidencial de Sergio Fajardo, quien, como alcalde de Medellín y gobernador de Antioquia, jamás las utilizó, o como quienes en el Congreso no le vendimos el alma al diablo, según lo ha dicho Gustavo Bolívar que sí hizo Petro para ganar la Presidencia, siendo además notorio que ha gobernado con los demás diablos a la mano. ¿No se notó esa forma de hacer política en la consulta del petrismo para escoger sus candidatos al Congreso?

Coletilla: detestable la muy dañina, muy irracional y muy demagógica política antipetrolera de Gustavo Petro.

 

 


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