Por: Richard Maok Riaño Botina (@hackerFiscalia).
Hemos logrado lo que hasta hace algún tiempo parecía imposible: tumbar la reforma tributaria, la reforma a la salud y al nefasto ministro Carrasquilla. La fuerza de la movilización masiva fue determinante en este gran logro. Esa victoria es nuestra, o mejor dicho, de los jóvenes valientes que en las calles lo dejaron todo, incluso, sus vidas. A ellos mi más profundo respeto y mis deseos de paz eterna para sus nobles espíritus. Siempre estarán en los recuerdos del pueblo y serán ejemplo e inspiración para las luchas posteriores.
Centrémonos ahora en este momento actual y oscuro y en lo que nos depara: casi un centenar de asesinados y desaparecidos, miles de heridos y mutilados y otros cuantos procesados judicial e injustamente. El narco-Estado nos declaró la guerra, es indudable. Una guerra evidentemente asimétrica: ellos tienen los fusiles y las balas, los gases tóxicos y los cohetes Vénom, las recalzadas y las tanquetas; nosotros, las arengas y los escudos de lata y, sin duda, el corazón encendido, indignado y hasta dispuesto al sacrificio.
Sin embargo, si la confrontación persiste, persistirán también las bajas y los heridos en los nuestros. Eso es lo que el Establecimiento que nos ha regido durante siglos y este narco-Estado quieren, y no podemos caer en ese juego perverso donde terminaremos perdiendo y ellos imponiendo un Estado de sitio legalizado, porque de facto ya lo es. Escalar y explayar el conflicto hasta suspender elecciones en 2022 o dar un autogolpe de Estado que impondría una dictadura militar son sus objetivos. Quieren impedir el cambio que ahora se está gestando en la sociedad civil.
Uribe es un sociópata que no posee linderos morales cuando de obtener sus fines se trata. Lo ha demostrado a lo largo de su carrera criminal y de su carrera pública, confundidas entre sí y hasta complementarias. Dentro de los malevos no tiene rival, y es temido entre los de su propia calaña por lo desalmado, manipulador y traicionero. Es un hombre sumamente peligroso, como lo dijo alguna vez Jaime Garzón; y esto no es una interpretación subjetiva sino un dictamen médico-científico y pericial. Cualquier psiquiatra se alinearía con la conclusión del gran crítico y humorista.
Uribe es un sociópata que llegó al poder para darle rienda suelta a los más obscenos y enquistados demonios que nacieron con él. Con un tipo como estos no se puede dialogar o negociar porque siempre va a estar urdiendo la trampa y la perfidia. Él ofrece la mano de frente y el puñal por la espalda. Es un cobarde y vil como ninguno. No caigamos en su juego. Seamos más inteligentes que él, que sin duda lo es. Repleguémonos para recuperarnos y volver con más unión y fuerza, pero ya no a la batalla desigual de arengas y escudos contra ráfagas de fusil, que es lo planteado por el genocida, sino a la batalla ideológica en nuestras barriadas, en los territorios alejados, en las calles, buscando adeptos a nuestra causa que es la causa de las mayorías oprimidas y vejadas.
Busquemos seducir mediante la concientización política a ese campesino que no tiene acceso a redes sociales, al vendedor ambulante que no tiene el tiempo de informarse por andar sobreviviendo, a ese estudiante de bachillerato que pronto tendrá cédula y que no sabe por quién votar, a esa angustiada madre cabeza de familia que no pudo acceder a una educación superior y de calidad, a esa persona que dice no interesarle la política porque cree que eso no es con ella, a ese abstencionista. También a ese votante en blanco, incluso, a ese contradictor ideológico. Están allí, en el pueblo, en nuestros barrios y hasta en nuestras familias.
Conformemos un inmenso bloque anti-uribista y progresista para 2022 que les arrebate holgadamente el poder en las urnas, robustezcamos el llamado pacto histórico, independientemente de nuestras preferencias por este o aquel candidato, un bloque que derroche argumentos, porque a Uribe no lo derrotaremos en el campo militar sino en el del pensamiento, en el de las ideas, y las ideas son precisamente las que a los jóvenes nos sobran.
Pensémoslo.
Tomado del video original: