100 días de Trump: poder sin precedente, mercados en tensión y un mundo alerta.

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Foto: Meta IA

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28 de abril de 2025 – Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, el presidente Donald Trump ha impulsado una agenda caracterizada por una apuesta decidida a fortalecer el poder de Estados Unidos y reposicionar su liderazgo global, bajo la premisa de “America First” y los principios de su movimiento “Make America Great Again” (MAGA). Más allá de una simple consigna política, MAGA refleja una visión de gobierno centrada en hacer de Estados Unidos una nación más grande, más próspera y más segura, tanto en lo económico como en lo geopolítico.

 

En el plano interno, Trump ha emprendido una profunda transformación institucional al reforzar el control del poder ejecutivo y centralizar la toma de decisiones. En apenas 94 días, ha firmado 138 órdenes ejecutivas —un volumen inédito en comparación con administraciones anteriores recientes—, utilizando este mecanismo para avanzar su agenda sin pasar por el Congreso.

 

Entre sus acciones más significativas se cuentan la intervención directa sobre las agencias federales, la suspensión de la cooperación internacional en programas estratégicos, el cierre de instituciones emblemáticas en sectores clave, el recorte de aportes a prestigiosas universidades que se han resistido a su línea política, el despido masivo de funcionarios públicos y una presión creciente sobre medios de comunicación críticos. Estas medidas no son aisladas: configuran una ofensiva orientada a consolidar su visión de poder, eliminar resistencias y reorientar el aparato estatal hacia las prioridades definidas por su gobierno.

 

En el ámbito internacional, Trump ha desafiado alianzas tradicionales y reformulado la estrategia comercial de Estados Unidos bajo un enfoque de bilateralismo y presión arancelaria. Su objetivo es proteger la industria interna, reducir déficits comerciales y reubicar cadenas de valor, privilegiando acuerdos donde Estados Unidos ejerza mayor influencia. Esta estrategia refleja una visión de “competencia entre naciones” en lugar de “cooperación global”, en la que el comercio se concibe como una herramienta para restaurar la primacía económica, incentivar la producción doméstica y fortalecer la posición de poder de Estados Unidos en el escenario internacional.

 

Estas decisiones han tenido un impacto inmediato: la reorganización de la globalización, una alteración en el balance de poder geopolítico y un entorno creciente de volatilidad, tensión e incertidumbre, tanto en los mercados como en las dinámicas políticas internas y externas.

 

Aunque enfrenta protestas internas, desafíos judiciales y una progresiva caída en su respaldo popular, el presidente Trump ha reafirmado su determinación de ejecutar su visión de poder para Estados Unidos. Su mandato transcurre en un escenario complejo, marcado por un creciente desgaste político y social. Según un análisis de New York Magazine basado en los promedios de Silver Bulletin, su nivel de aprobación ha caído abruptamente en alrededor de 18 puntos en comparación con el inicio de su mandato. De acuerdo con una encuesta de The New York Times y Siena College, el 66% de los votantes describen estos primeros meses como “caóticos” y el 59% como “aterradores”.

 

No obstante, un 42% de los encuestados calificó la presidencia como “emocionante”, evidenciando que, pese al descontento generalizado, una porción significativa de la ciudadanía continúa viendo con entusiasmo la intensidad del estilo de gobierno de Trump. La encuesta, realizada a 913 votantes registrados, muestra además que el 54% desaprueba su gestión, mientras solo el 42% la aprueba, consolidando una tendencia de deterioro en su imagen pública en apenas los primeros 100 días de administración.

 

Lejos de moderar su agenda ante las resistencias políticas y sociales, el presidente Trump ha optado por profundizar en su estrategia, apostando por una combinación de presión institucional, negociación directa y movilización activa de su base política. Su estilo de gobierno, caracterizado por la confrontación abierta y la ejecución rápida de decisiones, revela una lectura pragmática del entorno: ante un escenario crecientemente desafiante, Trump entiende que la afirmación del poder —en todas sus dimensiones— es el eje sobre el cual articula su proyecto de transformación para Estados Unidos.

 

En este contexto, donde el poder se convierte en la dinámica central, entender las nuevas reglas del juego y saber construir acuerdos estratégicos será esencial para avanzar en un escenario marcado por la constante tensión, volatilidad e incertidumbre que probablemente definirán los próximos años.

(Adjuntamos el análisis completo que incluye capítulo sobre menciones a Colomba y además el impacto comercial)

AmCham – 100 dias Gobierno Trump


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