Mientras Vicky Dávila Provoca al Embajador de China Con Sus Tweets, las Relaciones y la Cooperación entre Colombia y China se pueden Fortalecer

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Vicky Dávila, una periodista decidida a ocupar todos los espacios mediáticos y políticos, ha optado por posicionarse vendiendo un discurso extremista que entrelaza lo religioso con lo ideológico. Su estrategia para comunicarse con el público se basa en una simplificación peligrosa, donde la política se reduce a la corrupción y el derroche estatal. En su rol de outsider, ya convencida de que puede convertirse en presidenta, Dávila irrumpe en el panorama nacional con tácticas y acciones que no oculta.

 

 

La reciente polémica que generó en un debate superficial con el embajador de China pone de manifiesto el riesgo de dejar la dirección del país en manos de una persona cuya dogmática postura se basa en la fe y el fervor, alegando representar siempre el lado correcto de la historia. Esta tendencia a fomentar discordias, como la que surgió en su discusión con el embajador @zhu_jingyang, subraya la urgencia de reflexionar no solo sobre la falta de ética de Vicky al utilizar la revista Semana para impulsar su campaña presidencial, sino también, y aún más importante, sobre la relación cultural entre Colombia y China, la cual se vuelve cada vez más relevante. La controversia provocada por Dávila no solo revela su falta de comprensión sobre China, sino que también abre la puerta a reevaluar cómo estas dos naciones, potencias en sus respectivas esferas, pueden colaborar de manera más efectiva. Colombia tiene a su disposición nuevas plataformas e intercambios digitales que podrían fortalecer la producción de contenidos audiovisuales y otros productos culturales en conjunto con China.

 

 

Por medio de una relación cultural más vibrante, a través de productos audiovisuales y contenidos digitales se podría ampliar la comprehensión sobre la historia y presente de los dos paíeses. Finalmente, esto fomentaría la cooperación tecnológica y cultural, fortaleciendo el entendimiento mutuo entre ambos países en aspectos culturales y técnicos. No obstante, enfrentamos serios desafíos. La acción de ciertos medios que propagan la discordia y promueven una narrativa degradante del periodismo socava nuestro potencial colectivo.

 

 

 

 

@VickyDavilaH promueve una narrativa que exalta un capitalismo inane, distorsionando el concepto de ‘Libertad’ para justificar prácticas económicas que imponen serias restricciones a la soberanía mundial de los pueblos. A la vez que acusa a China de ser un país comunista, catalogando al gigante asiático de ser un país que controla a su población, siendo a su vez uno de los menos libres del mundo. Esta narrativa, que se presenta de manera sutil, agrava nuestra situación al perpetuar divisiones y obstaculizar el diálogo constructivo.

 

 

El caso de @VickyDavilaH resalta la imperiosa necesidad de cuestionar y reflexionar sobre las narrativas y personajes que consumimos.

 

 

 

No podemos permitir que voces que siembran discordia dominen el debate público. Además, de otro lado, mucho más importante, y en lo que respecta finalmente a nuestra relación con China: establecer una relación sólida y fructífera con ese país de Asia requiere un compromiso colectivo que trascienda los límites gubernamentales, involucrando a la sociedad civil y a los medios de comunicación, a los artistas, los ingenieros y a los intelectuales. Debemos avanzar hacia una nueva era de cooperación cultural, donde prevalezcan las voces constructivas y nos acerquen, no solo como colombianos, sino como parte de una comunidad global, esta vez una Alianza Cultural del Pacífico, entre China y Colombia 

 

 

Por: @samuel_kaputt


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