“A mi padre lo mató la CIA”: Gloria Gaitán

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Gloria Gaitán, hija de Jorge Eliecer Gaitán, quien puede considerarse como la
persona más erudita en la vida y obra del gran líder, en reciente entrevista con
Pablo Bohórquez en “Palabras Mayores”, nos trae un nuevo dato de su
magnicidio: -Una conspiración organizada por la CIA con participación de las oligarquías liberal y conservadora-.

EEUU Y LA CIA:
La CIA fue creada en 1947 con el único propósito de combatir el avance del
comunismo en el mundo. Los americanos habían enviado sus agentes a
Colombia para identificar y vigilar posibles activistas, el gobierno de Mariano
Ospina Pérez había colaborado con ellos.
En el año 2000, el abogado norteamericano Paul Wolf adelantó un proceso
judicial contra la CIA para forzar la desclasificación de 13 documentos
relacionados con el magnicidio de Gaitán. En concordancia con el derecho de
información, la ley americana dicta que este tipo de archivos deben hacerse
públicos después de 50 años, algo que no se había cumplido en el caso de
Gaitán. La batalla jurídica tardó 7 años y se resolvió a favor de Wolf, la corte de
Washington ordenó la publicación de los documentos. Sin embargo, la Agencia
solo entregó dos de los 13 archivos. Referente a los otros once, explicó que,
sencillamente se habían extraviado.

Los dos documentos desclasificados, señalan a Gaitán como un hombre con
inclinaciones comunistas, que posiblemente era financiado por la Unión
Soviética, y se creía que promovería un golpe de estado para derrocar al
presidente Ospina Pérez. Esta aseveración dista mucho de la realidad, Gaitán
tenía ideas socialistas, desaprobaba a Stalin, y un golpe de estado era
innecesario viéndose seguro de conseguir la presidencia por vías democráticas.
¿Pero tuvo algo que ver la CIA en la muerte de Gaitán?
En 1962 fue detenido un agente de la CIA en Cuba, su nombre era John
Mepples Espirito. Estaba adelantando una operación para el posible
derrocamiento de Fidel Castro. Entre las varias cosas confesadas por Mepples,
mencionó la llamada “Operación Pantomima”, adelantada por la CIA en
Colombia, y de la que él mismo había formado parte. El objetivo: asesinar a
Gaitán.

La confesión fue transcrita y filmada. Años después, en 1983, mientras Gloria
Gaitán se encontraba en Cuba, se la invitó para que viese la filmación, ella la
observó con atención y cierta suspicacia, al fin de cuentas, podría tratarse de
una confesión que siguiese un libreto predeterminado. Así transcurrió casi
todo el relato, hasta que súbitamente, Gloria Gaitán rompió en llanto. Había
escuchado de aquel hombre, una aseveración que confirmó la veracidad de su
declaración. Algo que solo la CIA y ella conocían.
En 1947, Gaitán había recibido en su casa la visita de unos agentes de la CIA,
venían con el propósito de hacerle una oferta para que se retirara de la
política. Le ofrecían una catedra de derecho penal en la Sorbona de Paris o en
la Universidad Sapienza de Roma, un apartamento de lujo en cualquiera de
estas dos ciudades, una hacienda en la sabana de Bogotá con buena tierra,
casa grande, ganado y caballos, y otra igual, o más grande, en los llanos
orientales. Al mismo tiempo se le ofrecía el pago de educación en cualquier
colegio y universidad del mundo para su hija. La oferta fue de tajo desestimada
por Gaitán, y lo allí escuchado, quedo celosamente guardado entre Gaitán, su
esposa y su hija.

Exactamente esa misma oferta, y en particular lo referente a la educación para
su hija, era lo que ahora Gloria estaba escuchando en la confesión del hombre
en la pantalla. Siendo ella la última sobreviviente portadora del secreto, pudo
verificar que aquel no era un agente falso cuando proporcionó con precisión la
misma información que ella guardaba.
El agente explicaba que, con el rechazo de la oferta, la decisión tomada no
había sido otra, que la eliminación física de Gaitán.
Información adicional de la “Operación Pantomima” se puede encontrar en el
siguiente link.

https://www.cronicon.net/wp/operacion-pantomima-la-cia-y-oligarquiacolombiana-asesinaron-a-jorge-eliecer-gaitan/

OLIGARQUIA LIBERAL:
Para empezar, Gloria Gaitán, no duda en señalar que Alfonso López Pumarejo,
digno representante de la oligarquía liberal, fue uno de los determinadores del
asesinato de su padre, y Plinio Mendoza Neira, su Judas.

Para 1947, Alfonso López Pumarejo era el líder indiscutible del partido liberal.
Jorge Eliecer Gaitán, un personaje irrepetible, que representaba al pueblo
humilde, y que había escalado todos los peldaños con mérito propio,
amenazaba el control de López Pumarejo en el partido.

A los ojos de Gaitán, Alfonso López Pumarejo era un farsante. Con su
“Revolución en Marcha”, quería mostrarse como el hombre del cambio, pero
en realidad buscaba que las cosas siguiesen igual para beneficio de los más
pudientes y detrimento del pueblo. Para López Pumarejo, Gaitán era el
hombre que, un año atrás en las elecciones de 1946, había dividido al partido,
dando al traste con la elección del candidato oficialista Gabriel Turbay en
beneficio del conservador Mariano Ospina Pérez, quien efectivamente había
subido a la presidencia.

La pugna entre estos dos gigantes, fue épica. López controlaba el caciquismo
en el campo y el clientelismo en las ciudades, además poseía un musculo
económico formidable con sus negocios en la banca. Por el otro lado, Gaitán
era el maestro de la palabra, el tribuno del pueblo. Como un hipnotizador
poderoso, puso a soñar a los más humildes y los rindió a sus pies. Finalmente,
Gaitán ganó el pulso, consiguió la dirección del partido en mayo de 1947, y
desde entonces se encaminó como indiscutible futuro presidente en las
siguientes elecciones de 1950.

Plinio Mendoza Neira, a quien Gloria Gaitán, califica como Judas, había sido
ministro de guerra de López Pumarejo en la primera de sus dos presidencias,
fue testigo excepcional del magnicidio al ser la persona que se encontraba más
cerca a Gaitán en el momento de los disparos. Fue él quien segundos después
de salir del edificio Agustín Nieto, había tomado a Gaitán por el brazo
adelantándolo un paso, y sacándolo del grupo de amigos para decirle algo, algo
que solo él y Gaitán conocieron. Un instante después, Juan Roa Sierra, haría los
disparos mortales.

El 7 de febrero de 1948, dos meses antes de su muerte, Gaitán convocó la
famosa “Marcha del Silencio”. El propósito era pedirle al presidente Mariano
Ospina Pérez, que cesara la violencia del gobierno contra Liberales y
Gaitanistas. A la fecha, ya eran más de 15.000 las victimas a manos de los
Chulavitas y Pájaros, que era como se conocía a los policías y paramilitares
promovidos por el gobierno conservador, y que actuaban de la mano del
ejército.

Gabriel García Márquez, en su autobiografía, “Vivir para contarla” hace un
magistral recuento de lo que fue la emotiva “marcha del silencio”. Igualmente
relata los eventos inmediatamente posteriores al asesinato de Gaitán, de los
que fue testigo en primera persona.
Este excepcional relato se puede consultar en el siguiente link:

https://www.revistadefrente.cl/el-bogotazo-contado-por-gabriel-garciamarquez/

OLIGARQUIA CONSERVADORA

Para el momento, Laureano Gómez, era quien mejor representaba a la
oligarquía conservadora. Aunque ocupaba el Ministerio de Guerra en el
gobierno de Mariano Ospina Pérez, para nadie era un secreto que Laureano
Gómez era quien manejaba los hilos del poder. Dirigió al partido
mesiánicamente. Su palabra era ley, y solo Dios estaba por encima de ella.
Junto a sus más fieles aliados, la iglesia y los militares, pensaba instaurar en
Colombia un régimen fascista similar al de su maestro y amigo Francisco
Franco en España. Por haber ahogado al país en sangre con su política de tierra
arrasada, Laureano Gómez se había ganado por mérito propio el apelativo que
le dio el pueblo: “Godo”

Laureano Gómez estaba convencido que sería el siguiente presidente de
Colombia, recibiría el testigo de su pupilo Mariano Ospina Pérez. Pensaba que,
con su llegada al poder, el partido conservador no solo recuperaría la gloria
ostentada en el pasado cuando reinó hegemónicamente por 44 años, sino que
la superaría, opinaba que gobernarían consecutivamente hasta el año 2000.
Sin embargo, en medio de sus delirantes profecías, se interponía un solo
obstáculo: Jorge Eliecer Gaitán.

Con su pensamiento maquiavélico, Laureano Gómez, llegó a creer que la
eliminación física de sus opositores podría ser posible. Promovió a su Policía
Política (Popol), conocidos como Chulavitas, y a sus paramilitares “Los Pájaros”.
Nombres como “El Condor”, “Piel Roja” y “Ave Negra”, pronto se hicieron
famosos cuando asolaron el campo con su brutalidad indescriptible. Los
“Chulavitas” y los “Pájaros” se sentían autorizados a cometer sus exabruptos,
cuando desde las altas esferas del gobierno los azuzaban, y desde el pulpito, la
iglesia los exculpaba. Poco después, el obispo de Santa Rosa de Osos
(Medellín), Miguel Ángel Builes, pontificó: “Matar liberales no es pecado”.
¿Pero hay alguna prueba que relacione a Laureano Gómez con el magnicidio de
Gaitán?

En los testimonios de García Márquez y Plinio Mendoza Neira, referentes a la
escena del homicidio de Gaitán, hay una coincidencia que no deja de ser
sorprendente como inquietante. Ambos hablan de un hombre alto de
sombrero, que vestía un impecable traje oscuro. García Márquez dice haberlo
visto señalando al asesino para que la turba diera cuenta de él. Plinio Mendoza
Neira va más allá, dice que momentos después de los disparos, el hombre se
acercó al asesino y con asombrosa facilidad, o quizá complicidad, lo había
desarmado, luego les hizo señas a dos policías quienes lo arrestaron.
Extrañamente, de este misterioso personaje, la prensa nunca hizo ninguna
mención.

El mismo individuo fue visto posteriormente en un mitin frente al directorio
Liberal, vestía el mismo traje impecable. Plinio Mendoza Neira se sorprendió al
reconocerlo. Uno de los miembros de la dirección liberal, José Francisco Chaux,
lo identificó, dijo que era un detective de la policía, conocía su número de
placa de identificación, dijo que su nombre era Pablo Emilio Potes y era quien
organizaba a “Los Pájaros” del Valle, los mismos a quien Laureano Gómez daba
todo su soporte.

Otro interrogante lo pone sobre la mesa el historiador Enrique Santos Molano:
“¿Qué hacía el director de la Policía Nacional, general Virgilio Barco, en la acera
de enfrente y a la hora exacta en que se perpetró el asesinato? ¿Por qué el
director de la Policía Nacional dio a los agentes que trataban de evitar que Roa
Sierra fuera linchado, la orden de entregárselo a la multitud, cuando se trataba
del testigo crucial para la investigación del asesinato?”.
Igualmente, en su confesión, El agente de la CIA, Mepples Espirito, admite
haber conocido al asesino Juan Roa Sierra, por intermedio de detectives de la
policía.

El relato donde Plinio Mendoza Neira menciona al detective Pablo Emilio
Potes, puede consultarse en el siguiente artículo escrito por su hijo Plinio
Apuleyo Mendoza.

https://magnicidio-gaitan.blogspot.com/2013/10/el-detective-detras-de-lamano-asesina.html

CONSECUENCIAS
-Con la muerte de Gaitán, y el retiro del candidato Liberal Darío Echandía tras
el asesinato de su hermano, Laureano Gómez gana la presidencia de 1950.
-La represión estatal baña el campo en sangre y nacen las primeras guerrillas
liberales en los llanos orientales.
-Se inicia el despojo de tierras y desplazamiento campesino.
-La nacionalización del petróleo, objetivo prioritario de Gaitán, queda
suspendida. Mariano Ospina Pérez pasa a ser socio con la Standar Oil de
Rockefeller para la explotación del petróleo de Colombia.
-Se estrechan los lazos entre EEUU y Colombia, Laureano Gómez se convierte
en el único presidente latinoamericano en enviar tropas a la guerra de Corea.
-La violencia se estandariza en Colombia y se extiende hasta la actualidad.
La entrevista completa de Pablo Bohórquez a Gloria Gaitán puede consultarse
en el siguiente Link.


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