Honorio Henríquez: El enemigo de la salud del Magdalena
Por: Redacción Lado B.
El senador Henríquez pretende vender la imagen de un líder que lucha por la salud de la población del departamento del Magdalena. Se desempeña, paradójicamente, en la comisión séptima del Senado, a la que corresponden, entre otros, las deliberaciones y trámites iniciales de los proyectos del sector salud. Pero Henríquez, contrario a abogar por mejorar la salud se va contra ella, y peor aún, contra la salud de sus propios coterráneos; por citar solo un ejemplo: Fue este congresista quien gestionó menos vacunas para su departamento, solo por tenderle una zancadilla al Gobernador Carlos Caicedo, su gran adversario político. De ese nivel de bajeza son sus sentires y procederes.
Henríquez es un líder, sí, uno de los líderes del cartel de la salud del Magdalena. De este también hacen parte el diputado uribista Jair Mejía y el corrupto senador Eduardo Pulgar, quien hace pocos días aceptó cargos por intento de soborno a un juez que lo investigaba, acogiéndose a sentencia anticipada.
La esposa de Henríquez, Angélica Guzmán, trabaja en la Superintendencia de Salud, la misma entidad que intervino el hospital público de Santa Marta y el hospital departamental. César Pacheco, gerente de campaña de Honorio Henríquez, es señalado en el hospital público de Santa Marta como la persona que dirige la empresa que presta los servicios de aseo en la clínica La Castellana, con contratos por más de 160 millones de pesos.
El hermano de Honorio Henríquez, Hernando Henríquez, lleva seis contratos con el DPS (Departamento Administrativo para la Prosperidad Social) por más de 102 millones de pesos.
Angélica Guzmán, esposa de Honorio, trabaja en la Unidad de Víctimas, lo que resulta curioso, pues bien sabida es la animadversión del uribismo por las víctimas del conflicto así como la negación del mismo. Sin embargo, cuando de usufructuar estos cargos públicos se trata, no ven problema alguno.
Sin asomo de vergüenza, Henríquez se adjudica falsamente la modernización y reapertura de la clínica SaludCoop, pese a que fue una de las cabezas que presionaba por la venta de la misma para llenar sus bolsillos y los de otros de su misma estofa.
Este HP (Honorable Parlamentario) lidera la mayoría de la Asamblea del Magdalena que sabotea la gestión del departamento, y es quien está detrás de todo el bloqueo que tiene el gobierno nacional uribista al gobierno departamental y distrital.
A diferencia de otros congresistas que hacen nada o muy poco por el bienestar de los colombianos, el actuar de Henríquez es taimado, rastrero, ladino, y se limita a aprobar todo cuanto desde el ejecutivo sale. Pero no solo es un mandadero sin dignidad, es capaz de atentar contra la salud de su propia gente con tal de perjudicar la gestión y la imagen de sus adversarios políticos, con el fin último de quedar al frente del manejo del presupuesto público. Honorio miente, Honorio trampea. Honorio no tiene honor.