Libertad por encima de escudos, banderas y colores.

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Cuando se enarbola un escudo, bandera o himno, para dar un mensaje nacional y además de eso utilizan frases que resumen el sentido y misión del Estado como “Libertad y Orden” se hace hincapié en un nacionalismo y unanimidad peligrosa, se acude al fanatismo colectivo, la identidad.

Los seres humanos son vulnerables en sus identidades, desde ahí se les puede manipular. Una bandera que representa quién soy y me diferencia del otro, un lema que encarna la razón de ser del Estado. Así se manipulan los pueblos con discursos nacionalistas; peligrosa frase militar la que hoy se pronuncia en la boca de muchos colombianos, hablan del clamor y promulgan el nacionalismo, una doctrina que le hace mucho daño a la humanidad, pues está por encima de la diferencia la legitimación de mi identidad, la cual defiendo, la única que da sentido a mi vida.

Mediante la exaltación de lo nacional como argumento casi moral y sostén ético, donde pongo por encima de las transacciones y relaciones sociales plurales, un escudo, colores y un supuesto orden social que me provee libertad.

De cierta manera es una contradicción encontrar en la libertad orden, pues el orden es la forma de someter al pueblo a los designios de aquellos que por una ecuación simple no pueden profesar la libertad. La verdadera libertad está por encima de escudos, banderas y colores.

El fascismo siempre acude al nacionalismo para generar un sentimiento de identidad y unanimidad, necesita la reinvindicación de sus símbolos para hacer sentir al pueblo perteneciente y representante de algo, de una historia, de un país, de unos colores y bandera.

El mensaje que hoy se manda en estas redes sociales no es menor, estamos en un guerra no solo mediática sino política, el fascismo colombiano es como una cucaracha pisoteada que quiere seguir viviendo, estaba agónica y hoy acude a los símbolos militares para despertar clamor social.

Disfraza un falso nacionalismo donde caen muchos apasionados y vulnerables seres que buscan en identidades nacionales las respuestas y legitimaciones de sus tristes y miserables vidas, el clamor del escudo y la bandera, aquello que le da sentido a su vida, algo para defender.

Petro como personaje pretenden deslegitimarlo y hacerlo ver como ajeno a estos símbolos nacionales, el máximo jefe de Estado es provocado con estos emblemas, los mismos que él encarna como primer mandatario. El presidente soporta el embate social pero defiende su pueblo del ultraje.

Ese pueblo que está escondido en los territorios, en las calles donde transita la pobreza, donde se esconde el hambre, donde está el desastre, allí llega un Presidente que ha tenido que luchar contra todo tipo de enemigos y enarbola esa bandera para defender nuevamente al pueblo de la infamia. Una bandera donde se representan todos, hasta los que buscan apropiarse de los símbolos nacionales para manipular la frágil identidad del colombiano.

Samuel Kaputt


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