A los trabajadores y al Magdalena Medio no nos queda otra que anticiparnos a la transición energética

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Por: Edwin Palma Egea

 

1. De siervos a ciudadanos

Muchos tuiteros del uribismo, suelen escribirle a la cuenta de twitter de la Unión Sindical Obrera llamándoles estúpidos, imbéciles, mamertos, desorientados porque apoyamos la propuesta de transición energética que propone Gustavo Petro o estamos en contra del Fracking.

Nos cuentan esos tuiteros que los trabajadores de la industria se van a quedar sin trabajo, gran descubrimiento, el petróleo es un recurso no renovable y además las reservas actuales de crudo en Colombia son bajas, entonces sí, el empleo en el petróleo está en riesgo alto de desaparecer. Es como decir que la tecnología no destruirá puestos de trabajo en el sector financiero o del comercio.

La verdad es que la mayoría de esas personas desprecian a los obreros petroleros y creen que trabajan poco y fácil y los tratan de brutos, imbéciles, incluso simios los llaman por redes sociales. Claro, odian a la USO, una organización a la que no conocen y a la que quisieran ver desaparecer continuando el plan de 2003 y 2004 del exsenador Uribe que el sindicato logró detener con dificultad, pero ahí está viva.

La pregunta central de ellos a los trabajadores petroleros es entonces, ¿por qué apoyamos a Petro si es antifracking y propone desatar el 7 de agosto una transición de más o menos 12 años para llevar al país a usar masivamente energías renovables? La respuesta es simple, a diferencia de Federico Gutiérrez y otros representantes de las élites que vienen destruyendo el país hace rato, Petro propone una transición dialogada, concertada, entre otros con trabajadores y comunidades, simplemente porque eso es lo democrático y sin afectar las operaciones existentes ya marcha.

Para el Magdalena Medio significa que se continuarán tal como están pactados, los contratos de explotación CONVENCIONAL de los yacimientos que conocemos en Barrancabermeja como La Cira, Infantas, Llanito, Gala, Galán, La Lizama entre otros, o en Puerto Wilches el gran Yacimiento Yariguí, Campo Casabe en Yondó y así en Puerto Boyacá; Nare, Sur de Bolívar donde la industria ha florecido.

Es claro que gran parte de los crudos de estos valiosos yacimientos en el Magdalena Medio, son parte de los 250 mil barriles diarios que requiere nuestra Refinería en Barrancabermeja para producir refinados como lubricantes, grasas, parafinas, base para pinturas, polietileno entre otros y combustibles, cerca de 8.000 empleos que impulsan la industria en Colombia con ventas que solo en Barrancabermeja superan los 30 billones de pesos.

Sin embargo, el costo social, ambiental y económico debemos reconocer que no ha sido favorable para la región. Las actividades mineras extractivas del sector petrolero, y las actividades industriales de refinación en Barrancabermeja son las principales fuentes de emisión de gases con efecto invernadero – GEI. Así lo informaba la Contraloría General de la Nación – CGN en su boletín de enero de 2020.

Por ello desde el Pacto Histórico reconocemos la decisión del Congreso, en establecer a través de Ley, los bonos de carbono para mitigar la contaminación ambiental, así como la decisión de ECOPETROL S.A y sus asociados de disminuir de manera significativa y verificable la huella de Carbono Corporativa para reducir los preocupantes valores de emisiones en toneladas de Co2, como lo advierten la CGN y, así como la Corporación Autónoma de Santander – CAS en una de sus resoluciones sancionatorias.

Es clave entonces que la presidencia, y desde la Junta Directiva de Ecopetrol, (reelegida con total irregularidad al mejor estilo del uribismo) se avance con firmeza y con voluntad política por la senda de la reducción, mitigación y reparación del daño ambiental. Podemos producir más limpio los trabajadores de Ecopetrol no solo lo saben, quieren hacerlo. He trabajado allí.

Esta iniciativa, que es liderada por el Banco Mundial desde 2015, se conoce como “Zero Routine Flaring by 2030” y tiene como meta eliminar la quema rutinaria de gas en los campos de petróleo y gas lo antes posible, y a más tardar al año 2030. Desde el Pacto decimos: podemos seguir produciendo, pero cuidando mejor la naturaleza.

El tema del agua es aún más complejo, no solo por la producción convencional en el Magdalena Medio de crudo y gas, así como la inyección secundaria, y peor aún como en Puerto Wilches por el inminente riesgo del Fracking que hoy celebramos se haya suspendido por un juzgado de esta ciudad.

El agua en todo el Magdalena Medio ha sido factor fundamental para la extracción del petróleo, y Gustavo Petro lo sabe, pero ello a su vez ha generado un pasivo ambiental. Daré un ejemplo con el campo Cira Infantas: para el año 2008 se inyectaban al campo 278 mil barriles promedio día de agua para alcanzar una producción de 18.000 barriles promedio día. Estas necesidades de agua se triplicaron en 2017 como lo registró Ecopetrol en su informe mensual, anunciando el uso de 631.958 mil barriles.

Es una realidad que las actividades presentes y futuras para el desarrollo productivo del campo Cira Infantas, están relacionadas con un alto consumo de agua de las fuentes locales especialmente las localizadas en el corregimiento El Centro (caño La Colorada), que a la fecha superan los 700 mil barriles de agua al día. Algo mas de 21 millones de barriles de agua al mes solo en la Cira infantas.

Por otra parte, debemos destacar que la actividad industrial de refinación y petroquímica que se realiza en nuestra refinería, la mayor del país, utiliza grandes cantidades de agua para refrigeración y subprocesos, esa agua es captada del Rio Magdalena y de manera particular en la Ciénaga San Silvestre, que al mismo tiempo es la fuente para consumo de agua de los habitantes del Distrito Especial de Barrancabermeja. Por ello no sorprende que en 2016 la CAS emitiera la Resolución 000017 de 2016 donde toma medidas para evitar un posible desabastecimiento de agua del Distrito por la excesiva extracción de agua de la fuente para actividades industriales tal como se describe en su página web.

Todos queremos que el país produzca, pero también es necesario que se optimicen las medidas que eviten situaciones prevenibles como las ocurridas recientemente en el sector de la Lizama, y mitiguen o resuelvan el uso de las fuentes de agua y el grave deterioro en que se encuentran muchas de ellas. En el camino de las energías limpias que alcanzaremos progresivamente, también es necesario insistir y aumentar el cuidado que requiere esta transición de fuentes de energía y que en unos años debe mantenerse.

Las dos posiciones son claras frente a la transición energética, mientras Petro apuesta por una transición en la que Ecopetrol sea el conglomerado público que abandere esa transición, Fico, Uribe, Duque (que son lo mismo) y sus neoliberales sueñan con repartir el sol, el agua y el viento del país entre multinacionales con miles de trabajadores sin derechos y sin sindicatos, como ven, dos modelos muy distintos. En resumen, mientras Uribe y otros siguen tratando a los trabajadores como incapaces, Petro nos reconoce como sujetos, como actores políticos en serio y como ciudadanos.

2. El centro es el Río y su gente.

Cuando me designaron como “gestor logístico para el Magdalena Medio” de la campaña Presidente Petro y Francia Vicepresidenta, sentí una gran alegría, porque la decisión no fue usar la anacrónica división por departamentos, sino reconocer con la constitución de 1991 que la campaña debía organizarse por unidades territoriales que reconocieran las identidades contemporáneas presentes en la nación.

Y recordé la jornada intensa que vivimos el 12 de febrero con Petro. Ese día bajamos por el río, navegamos desde San Pablo hasta Barrancabermeja, pasando por Cantagallo y Puerto Wilches en unas lanchas rápidas. Hablamos mucho sobre cómo hacer realidad el viejo sueño de crear una gran región central de cara al Río, un sueño de muchos por muchos años. Y al final del día, ante la multitud que se reunió en Barrancabermeja para escucharlo esa fue la noticia, propuso crear el departamento del Río.

Crear un departamento del Río con capital en Barrancabermeja es un asunto clave para el desarrollo de una región que debemos configurar con inclusión, respeto por la autonomía y diálogo social. En el centenario de nuestro distrito, del inicio de la explotación petrolera y de la fundación de la refinería, el gobierno de Petro apuesta en grande por nuestro territorio con tres retos gigantes: consolidar el distrito de Barrancabermeja, crear nuestro departamento y hacer la transición energética con diálogo y dirigida por el Estado.

Para hacer realidad estos retos ganar las elecciones es un imperativo, debemos romper este círculo desastroso de violencia, saqueo y ostracismo para soñar e intentar algo distinto. No podemos mantener esta larga noche del continuismo de los últimos 30 años. ¿En qué nos ayudaron esos gobiernos? Si aquí después de todos ellos, seguimos escuchando con frecuencia en las esquinas que en Barrancabermeja “no se produce una vela” o que “pagamos la gasolina más cara del país”.

Yo recuerdo con nostalgia que uno egresaba del colegio oficial, como lo hice yo del Instituto Técnico Industrial, pasaba al SENA y soñaba trabajar en Ecopetrol. Pero en 2004 ese cordón umbilical se rompió y Uribe rompió a Ecopetrol. Pasar por el SENA te enseñaba a defender lo público, te preparaba para el trabajo y para la lucha sindical. Romper esa cultura fue una estrategia para debilitar la voz colectiva y fracturar nuestra identidad y nuestros derechos.

3. Nuestra historia no termina en el petróleo.

71 años después, en Barrancabermeja Ecopetrol no ha podido abrir una oficina para atender a los empresarios locales, es desde Bogotá donde se reparten los contratos, lejos de nuestro terruño. Las zonas donde se encuentran los yacimientos, a pesar de su antigüedad no han visto construir por parte de las operadoras, viviendas, colegios, teatros, bibliotecas o elementos que integren a la población local.

Los barrios directivos de “Ecopetrol” aíslan a una masa trabajadora de toda una ciudad que sufre altos índices de inseguridad, desempleo y pobreza. Todavía hay dos clubes y dos casinos. El siglo de la refinería se celebró a puerta cerrada, eso ya dice mucho, sin mencionar que hay trabajadores directos que se creen por encima de los tercerizados y no aceptan comer en el mismo sitio o tener los mismos derechos laborales.

Con el gobierno de Uribe, le metieron capital privado a Ecopetrol, la dividieron y precarizaron el empleo. Antes la tercerización era excepcional por cuenta de las limitaciones que había impuesto el convenio colectivo con la USO, el gobierno de la “seguridad democrática” precarizó el trabajo y hoy un trabajador tercerizado tiene que rogar primero ante la burocracia distrital una carta de territorialidad, luego una postulación y por último, un enganche para terminar trabajando de dos a tres meses al año. Por cuenta de esa precariedad laboral sistemática la conflictividad social en los territorios petroleros ha crecido mientras bajan los salarios, que no suben para los tercerizados desde 2017 y la empresa genera y celebra billonarios beneficios sobre la base de la explotación en el trabajo. Las empresas contratistas locales, en su mayoría quebradas o en proceso de liquidación, han ido desapareciendo por la competencia desleal que ha creado el ilegal manual de contratación de Ecopetrol, que le da el privilegio de elegir a dedo a quien selecciona y a quien veta. Las empresas rebajan sus ofertas económicas y las consecuencias las pagan los trabajadores o las mismas empresas. Mientras el círculo vicioso se mantiene, Ecopetrol se sigue comportando como empresa colonial de espaldas a los barranqueños y demás habitantes de la región.

Es peor la situación de las comunidades que después de un siglo de industria no han vivido un solo día los efectos de la bonanza petrolera, que ahora sí prometen traer con el fracking ante el fracaso de la exploración petrolera que ha protagonizado el gobierno y Ecopetrol, es decir el reelegido Luigi Echeverry y Felipe Bayón hoy dedicado a hacerle campaña a Fico con mentiras.

Deberían ser un poquito más serios estos hijos de la élite, lo cierto es que la industria petrolera no la va a acabar nuestro gobierno, ni Petro ha dicho eso, como lo dicen mentirosamente nuestros contradictores políticos. El 7 de agosto de 2022 vamos a iniciar la transformación energética del país y de Ecopetrol. Eso va a ocurrir en aproximadamente 12 años. La clave es anticiparnos, prepararnos. Anticiparse a los cambios tecnológicos, ambientales, energéticos, del conocimiento y prepararnos con la negociación colectiva, el diálogo social y el ejercicio responsable del gobierno local, lograr que la transición energética no sea el final y el descarte laboral de cientos de miles de personas, sino el florecimiento de las oportunidades. La transición energética debe garantizar que ningún trabajador de la industria, resulte afectado.

4. Prepararnos, anticiparnos. Crear una sociedad para la vida.

En estos días veía la miniserie “El código de la discordia”. Dos programadores le disputaban al gigante Google la patente de una aplicación creada originalmente en Berlín. En un momento del capítulo se burlaban del protagonista cuando él proponía fabricar unos monitores pequeños instalados en los asientos de los aviones que al final se volvieron realidad en menos de dos décadas. La clave de esos genios fue anticiparse a lo que sería el internet para todos nosotros.

¿Qué será de nosotros sin el petróleo o el carbón? Tenemos que resolver esa pregunta ya. Recordemos lo ocurrido en 2015 cuando los precios cayeron radicalmente y en cuestión de días, a los pocos años nos golpeó la pandemia que causó la caída del consumo mundial de crudo. Todo fue sorpresivo y rápido, hoy navegamos en una nueva aparente bonanza, algunos vaticinan que el petróleo puede llegar a 185 dólares el barril si la invasión de Ucrania se alarga y la Unión Europea interrumpe la compra de crudo ruso.

¿Y si cae el precio? Para eso no es necesario que se acabe el petróleo, lo que influye es la inestabilidad global, el clima y la concentración de la riqueza o mejor, el empobrecimiento creciente de la clase media. Es muy probable que la crisis ambiental se profundice y se acelere y haya que dejar el petróleo enterrado. Y no estoy hablando de ciencia ficción, llamo la atención sobre la urgencia de dejar de hacernos los locos con el problema central de garantizar la vida, pero una vida buena, “sabrosa”. Seguir con esta inercia compañeros y compañeras es correr cada vez más riesgos de hambre, desempleo, recesión y violencia. La economía extractivista se vuelve cada día más frágil ante los vaivenes de la inestabilidad política, climática y económica global.

Se ha vuelto un cliché de las campañas políticas locales “cambiar la vocación económica” de la “capital petrolera de Colombia”, luego pasan las elecciones y el tema pasa a mejor vida por cuatro años. A pesar de lo que sostienen algunos expertos, la minería y la renta petrolera no se paga correctamente y a la ciudad le deben millones y millones en impuestos, sin contar con los impuestos que dejan de facturarse por transporte de hidrocarburos. Nuestras temporales bonanzas nos hacen pensar en el corto plazo. Es el pan de hoy y el hambre de mañana. Parafraseando a Winston Churchill, apelando a las ideas de Bismark: “pensamos en las siguientes elecciones y no en las siguientes generaciones”. Es lo que diferencia a los políticos de los estadistas.

Mientras tanto, cientos de hombres y mujeres de Barrancabermeja han tenido que salir de la ciudad a estudiar porque no tenemos universidades nacionales con carreras completas, ni un hospital universitario, ni un centro de tecnología energética o una escuela de ciencias para la salud a pesar de que nos encontramos en medio del país y somos un nudo de comunicaciones hacia los cuatro puntos cardinales. En nuestra ciudad no hay oportunidades ni para los profesionales locales, porque ni a los ingenieros de producción los emplea la industria petrolera.

Barrancabermeja tiene vías, puertos, río, aeropuerto, poliductos, oleoductos y hasta ferrocarril, pero no una apuesta colectiva por el desarrollo sostenible con énfasis en el bienestar y la realización de los derechos de la mayoría. Tiene una industria que todavía puede desarrollar por muchos años, la petroquímica y generar más y mejores empleos. Barrancabermeja sería un gran motor de desarrollo rural si tan solo se cumple el punto 1 del acuerdo de paz con las ex Farc. Y claro, el turismo debe de dejar de ser también una promesa, deben llegar más rutas aéreas, para abaratar costos de tiquetes, desarrollar el turismo ecológico, organizar parques alrededor del agua y tratar bien a los turistas, será parte del cambio de cultura al que debemos empezar a transitar desde ya.

5. Empecemos por lo básico.

Un gobierno del Pacto Histórico volverá sus ojos a nuestro distrito, le dirá no al petróleo una vez el mundo nos lo exija, pero ya esteremos preparados para ello si empezamos ya. Un gerente de refinería que sea de la ciudad, que restablezca los convenios con instituciones y gremios locales, que lleve desarrollo a los barrios, comunas y futuras localidades y un miembro en la Junta Directiva que vele por los intereses de esta ciudad donde nació la industria, es más que justo con Barrancabermeja.

Aprovechemos el tiempo que nos queda, redefinamos en qué invertimos parte de las utilidades que hoy van al gasto público pero que podrían financiar grandes proyectos de energía alternativa en la región o de innovación tecnológica. Así generamos empleos y sobre todo, sembramos una semilla para la economía del futuro, la economía del conocimiento que el plan educacional de los trabajadores petroleros ya no generó.

Barrancabermeja es un “vividero” decimos muchos. No nos hemos ido ni seguro nos iremos de aquí, pero les invito de nuevo a anticiparnos. De lo contrario, la transición energética pasará por encima de nosotros y no habrá nada que podamos hacer más que empezar de cero otra vez. Ojalá los trabajadores petroleros incluyan esto en su agenda gremial y política, ojalá que en agosto se encuentren ante un gobierno dispuesto a negociar con ellos la transición y la anticipación, de lo contrario solo se encontrarán frente a una masacre laboral sin precedentes y el debilitamiento cada día mayor de la voz colectiva de los trabajadores. Por eso no le sirve a Barrancabermeja, ni a los trabajadores, ni a las comunidades el silencio y la ausencia de la USO.


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1 comentario en «A los trabajadores y al Magdalena Medio no nos queda otra que anticiparnos a la transición energética»

  1. Felicitaciones Senador Palma q BNO q personas como UD haga un planteamiento tan claro y profundo de país región. En la medida q se les explique este proyecto al pueblo tendrá su beneplácito. Es legal la ampliación del periodo de los directivas de ecopetrol?

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