El camaleón Uribe Vélez. Segunda parte.

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Por: Ignacio Álvarez (@funurbiano)

El joven Álvaro Uribe una vez expulsado del colegio de los monjes Benedictinos, por sus actitudes agresivas en el reinado que ya mencionamos antes y en el cual no pudo ganar su novia-candidata, se vio en la necesidad de buscar cupo en otro colegio para terminar su bachillerato y entonces Alberto Uribe, “El Gitano”, su padre, enfiló baterías hacia el Instituto Jorge Robledo donde ya estudiaban los hijos de Fabio Ochoa Restrepo, “ el gordo”, el paterfamilias del clan Ochoa y dueño del estadero y restaurante “ La Margarita” en el barrio Caribe. Fabio Ochoa padre, siempre fue muy cercano a Alberto Uribe por el tema del negocio de caballos y lo conocía bien. En el Jorge Robledo le otorgaron el cupo para estudiar al hijo del “gitano”

Pues bien, el joven Álvaro no pareció aprender la lección de la expulsión del anterior colegio y la semana en que se debían graduar de bachilleres, “EL” armó lío. Y por qué lo armó ? Porque no lo dejaban decir el discurso que le correspondía a los jóvenes bachilleres. Vuelve aquí a ser dominado por su egolatría y sus argumentos para esa pataleta de entonces, fueron que, era el mejor orador y además tataranieto del general Rafael Uribe Uribe (otra vez vuelve la mula al trigo), y por tanto merecedor de esa designación.

Como las directivas de la institución no dieron el brazo a torcer, “EL” amenazó con incendiar la biblioteca del colegio y con poner una bomba en el teatro Odeón de la calle Caracas junto al parque de Bolívar, donde debía celebrarse el acto de graduación . Pues no señor, no le concedieron su capricho, pero les aguó la ceremonia y la fiesta normal en esos casos a sus compañeros de curso, porque el rector del colegio y sus directivas decidieron cancelar todo acto público. De alguna manera Alberto Uribe y don Fabio Ochoa lograron calmar el escándalo socio-judicial y no hubo expulsión posterior al grado ni detención por amenaza terrorista, lo cual hubiese sido lo ajustado a la ley. El temor a la bulla social, hizo que ambas partes pactaran el silencio respectivo.

Como vemos, Varito ha sido dominante y amenazador desde muy joven. No ha podido mejorar en su relación con el medio social.

Posteriormente y ya como universitario, lo encontrábamos en las tardes en la carrera Junín a la salida del Salón Versalles de don Leo, donde nos reuníamos a las 5 y 30 pm los primíparos universitarios a “arreglar el mundo” y a ver pasar niñas bonitas, lo que se llamaba “ juniniar” en Medellín.

Éramos de 5 a 7 muchachos estudiantes, los que nos reuníamos espontáneamente a la salida de Versalles y recuerdo que Uribe nunca pagó un tinto, siempre “gorriando”, con el argumento de que su papá estaba en bancarrota (lo cual era cierto), como lo afirmó después Fabio Ochoa en su libro sobre los caballos y donde menciona la cantidad de deudas que tenía “el gitano” Uribe Sierra, que eran prácticamente impagables. También hay que decir con claridad rotunda, que Álvaro ha sido muy tacaño siempre, tal vez producto de esa escasez que tuvo que vivir en su adolescencia. Lina Moreno, su señora, lo reafirmaría tiempo después, en una entrevista para la revista Credencial, donde dice que los hijos ya están mayorcitos, pero que Uribe no ha cambiado la lavadora desde que se casaron, aunque esta exige cambio o reparación para el momento de la charla periodística.

Aquí hay dos cosas muy claras: entró a estudiar a la U. de Antioquia no porque fuera una buena universidad, sino porque su papá estaba en quiebra económica y le salía muy barata la matrícula y además, daban subsidio de alimentación en esa época. Siempre Uribe ha querido vivir de cuenta del Estado, no es nada nuevo y lo mantiene hoy en su actual y mañoso “modus vivendi”. La segunda cosa es que su familia no había sido adinerada, Alvaro Uribe ha conseguido dinero después de que llegó a la gobernación de Antioquia y posteriormente a la presidencia.

En esta época de los años 70, el joven salgareño apuntaba su mirada hacia la Casa de Mármol del partido liberal y quería entrar por la puerta grande .

José Obdulio Gaviria Vélez, quien hoy es su carnal político, andaba en ese tiempo como miembro del Partido Comunista (ML), sosteniendo reuniones “revolucionarias” en la oficina 301 del edificio Continental, diagonal al “Portacomidas”, que ya antes habíamos mencionado. Es lo hacía porque en ese entonces lo habían sacado de las Juventudes Conservadoras y había pasado al PC. En las juventudes conservadoras Gaviria era el segundo de Augusto Pineda (siempre ha sido un segundón). Pero bueno de estas dos últimas cosas hablaremos en la próxima entrega.

 

La primera entrega puede encontrarla aquí: «El Camaleón Uribe Vélez»

 

Sobre el autor:

Ignacio Álvarez, Caminante por América.
Ex directivo universitario.
Líder de «Fundación Nueva Urbe» por una nueva ciudadanía.
Twitter:@funurbiano
correo-e: ialvarezlozano@yahoo.es

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