Por: Ignacio Álvarez Lozano (@Funurbiano)

Álvaro Uribe, en la década del 80 tiene tal vez su desempeño mas laborioso en política, pues debía construir su futuro y fue dándose cuenta que no lo iban a dejar ser primero donde llegara, simplemente por ser el hijo de Alberto Uribe Sierra, por mas padrinazgo que tuviera de don Fabio Ochoa y Julio Cesar Turbay Ayala. Fue entonces primero concejal de Medellín por el partido liberal, de donde se retiró rápidamente porque según “EL”, Bernardo Guerra Serna, en aquel entonces cacique y jefe político máximo de ese partido en Antioquia, “era un dictador”, tal como lo recuerda el propio “socio”, como popularmente se le ha llamado a Guerra en los pueblos de este departamento, por su peculiar manera de saludar a sus copartidarios por su nombre propio y anteponiendo el apelativo “socio”, haciéndolos sentir así, copartícipes de su proyecto político. Pero al endiosado y ególatra Álvaro no le servían esas manifestaciones. “EL” quería el trono todo para si mismo desde el principio de su llegada a cualquier parte.

Pues bien, Uribe al retirarse del directorio liberal de “la casa de mármol” (se le llamaba así por su enchapado externo en la fachada), habla con su carnal de hoy en día José Obdulio Gaviria, quien para la época ya había pasado por ser segundón del abogado Augusto Pineda en la casa conservadora de Juanambú. Pineda fue el presidente de las Juventudes Conservadoras. Después, este tendría repercusión nacional, con la desmovilización como asesor en ejercicio de las AUC de “don Berna”. Posteriormente a estar en el partido conservador y conservar su “segundonía”, Gaviria Vélez se dio un pasón por la izquierda, primero como miliciano y después como integrante de FIRMES en ese movimiento que lideraba el profesor Gerardo Molina, ese si de izquierda verdadera y donde también estuvo Enrique Santos Calderón, el hermano del expresidente Juan Manuel.

Ni Álvaro ni José Obdulio encontraban “donde mandar” en política por su manera de ser y actuar, egoísta y ladina y entonces conjuntamente con Mario Uribe, primo del primero y William Vélez, Raúl González, Alberto Díaz y otros amigos cercanos, decidieron conformar un movimiento propio y aparte de los ya existentes en Antioquia, que se llamó “Sector Democrático” (siempre, desde ahí, sus movimientos llevan el apellido ”democrático”, o sea lo mas opuesto a su permanente posición dominante y dictatorial). Con ese grupo político llegarían tanto Mario como Álvaro al Congreso y allí sagazmente José Obdulio, que leía mucho a Friedrich Nietzsche, comenzó a trabajar la vanidad del salgareño comparándolo con el prototipo del ser superior, el superhombre. El primo de Pablo Escobar no ha sido brillante intelectualmente, pero si ha sido un mago de la marulla lambona. Fue entonces cuando propuso al interior del “Sector Democrático”, la creación del -IELA-, Instituto de Estudios Liberales de Antioquia y una vez se lo aprobaron y le otorgaron presupuesto, se dedicó a escribir panfletos que irían endiosando poco a poco al dictadorzuelo que existía en el corazón de Uribe Vélez. Hay que resaltar aquí, que los votos de ese momento no eran ni de Álvaro, ni de José Obdulio, eran de Mario Uribe, o sea que era un chuparueda.

Hay que decir que en todo este tiempo en la década de 70 y antes de casarse con Lina Moreno, que le sirvió a Uribe para mejorar su estrato socioeconómico, Álvaro cortejó a Clara López Obregón con resultados negativos. Tampoco le fue bien intentando acercarse a Angela María la hija de don Pacho Restrepo el prestamista de San Andresito, muy agraciada ella por cierto. Como “entre bomberos no se pisan la manguera”, don Pacho de entrada lo desarmó, diciéndole que un hijo del “gitano” Alberto no era bien recibido en su casa, que bien podía seguir trabajando en su “Gran Banano”, el negocio que antes habíamos mencionado, que había iniciado con José Roberto Arango y que estaba situado al frente de la casa de los Restrepo en la 70 al frente de Bolivariana. Don Pacho conocía bien las artimañas de negocios del “gitano” y no quería que a su hija la engatusase “el gitanito”
A propósito y para que mostremos como la historia ha dejado ver desde aquella época, que “es más fiel un león con hambre” que Álvaro Uribe, alguna vez intentó llevarle una serenata al escondido de José Roberto a la novia de este, quien ha sido su leal gran amigo. Nada diferente a lo que hace hoy en día, cuando abandona a su suerte a todos los demás de su entorno cercano (ver “Yidispolítica” ) con tal de salvarse él. Su egolatría y falta de respeto por los cercanos viene desde muy atrás.

A la par de José Obdulio Gaviria hay un personaje tras bambalinas que también ayudó a construir ese pedestal del dictador salgareño. Ese personaje que aparece en escena por estas calendas de la actividad política del Sector Democrático, se llama Fidencio Mena: personaje de estatura pequeña de gran capacidad verbal y de elaboradas marrullas. Fidencio de color moreno y ojos saltones, pero escurridizos cuando se trata del cara a cara.

Cuando los primos Uribe, Álvaro y Mario, estaban en el senado era el encargado de “marcar” a presión las votaciones para que “no les hicieran trampa”, cuando había decisiones ya tomadas. Tenía la misión de no moverse del lado de la congresista María Izquierdo cuando esta era famosa por torcer cualquier votación.

Fidencio fue ganando terreno con los Uribe y en las giras del senador Álvaro en los años 80, era entonces el bufón de la comitiva, realizaba la avanzada, daba vítores a los que llegaban y hacía la presentación de los intervinientes. En esa época este personaje vivía muy alcanzado económicamente y se transportaba terrestremente en lo que a bien podía, o si alguna persona “le mordía” su cuento hasta viajaba en Satena desde Bogotá o Medellín a Apartadó. Lograba, con su verborrea de culebrero, que en el Congreso le dieran pase permanente y andaba en carros oficiales para arriba y para abajo.

Durante un tiempo se perdió del panorama político de Antioquia y la gente lo creía muerto, por la cantidad de deudas económicas y líos de faldas que mantenía en ese entonces. Hoy ya no parece tener asuntos financieros pendientes, aunque en Medellín y el Urabá antioqueño todavía abundan los vales firmados por el menudo y pintoresco personaje.

Después del año 2000 y coincidiendo con la primera campaña y presidencia de Alvaro Uribe, el señor Fidencio Mena reaparece en la escena política, pero ya del orden nacional, con oficina y apartamento en Residencias Tequendama donde se codeó y relacionó fácilmente con todos los parlamentarios en el restaurante Virrey. Además ya era “el doctor Fidencio”, aunque seguía siendo escasamente compañero del bachiller Macías.

Lo que debemos resaltar aquí es que a Fidencio Mena después del primer cuatrienio de Uribe Vélez en la presidencia, le cambia totalmente la vida aunque no haya desempeñado ningún cargo burocrático. Ya no vuelve a tener afugias económicas pues comienza ostentar vestidos con paños Ermenegildo Zegna, se desplaza en vehículo particular blindado, vuela en chárter y no vuelve a tomar aguardiente o cerveza ( su licor de antes), solamente whisky sello azul. Hoy en día dice vivir en Bogotá, en un barrio cercano a la embajada americana y es fácil encontrarlo en el centro comercial Gran Estación comiendo hueso de cola asado en un restaurante típico.

Se vio envuelto en el affaire de DMG y fue llamado a declarar en el caso del personero de Bogotá Rojas Birry, cuando se dijo que este líder indígena había llegado a la personería por “presiones” económicas de Murcia Guzmán. Ahí, Fidencio salió ileso judicialmente, gracias a su habilidad verbal y de relacionamiento burocrático.

Hoy en día se mantiene viajando entre Bogotá, Cali y Buenaventura y dice que es el titiritero de los intereses de Álvaro Uribe en B/ventura y que administra una gran fortuna heredada en ese puerto sobre el Pacífico, lo cual combina con el direccionamiento por encargo, del ajedrez político del CD. Es fácil encontrarlo en reuniones del barrio Granada en Cali, siempre con dos escoltas mal encarados.

 

De todas formas, el señor Mena ya hoy solo vuela en avión privado, toma whisky Sello Azul y se viste con los mejores paños italianos aunque no haya pagado “las culebras” que dejó en Urabá y Medellín hace 25 años. Le ha ido bien con sus incursiones de avanzada con el capo del CD. También pues, hay personas cercanas a Álvaro, a las cuales les ha sabido premiar su labor de escuderos.

El señor Mena es sobrino del general Luis Moore Perea, quien manejó el tema del transporte nacional desde la policía en la presidencia de Álvaro Uribe. También es muy cercano a José Obdulio Gaviria en sus negocios particulares.

Personajes en el entorno de la vida del innombrable…Encontraremos algunos más en el camino.

La primera entrega puede encontrarla aquí: «El Camaleón Uribe Vélez»

La segunda entrega puede encontrarla aquí: «El Camaleón Uribe, 2da parte»

La tercera entrega puede encontrarla aquí: El Camaleón Uribe: Mitos y Realidades

Sobre el autor:

Ignacio Álvarez, Caminante por América.
Ex directivo universitario. Líder de «Fundación Nueva Urbe» por una nueva ciudadanía. Twitter:@funurbiano
correo-e: ialvarezlozano@yahoo.es