La calidad de vida de más de 3 mil hogares de personas migrantes y retornadas mejoró con la asistencia humanitaria, según estudio del programa ADN Dignidad

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  • La evaluación de impacto mide los efectos atribuibles al programa ADN Dignidad con una muestra de más de 3.190 hogares en Barranquilla, Bogotá y Nariño.
  • El estudio encontró efectos estadísticamente significativos que demuestran que migrantes venezolanos, colombianos retornados y miembros de las comunidades de acogida que participaron en el programa, han mejorado su seguridad alimentaria, tienen un 15% más de probabilidad de contar con ingresos mensuales estables, ahorran más y tienen menos deudas.
  • ADN Dignidad es un programa liderado por la organización humanitaria internacional Acción contra el Hambre, en asociación con el Consejo Danés para Refugiados (DRC) y el Consejo Noruego para Refugiados (NRC), con financiación del Bureau for Humanitarian Assistance de USAID.
  • En tres años de operación, el programa ha apoyado a más de 000 personas migrantes venezolanas, colombianos retornados y comunidades de acogida. El 62% de la asistencia monetaria ha sido utilizada en alimentación, el 24% en vivienda, el 12% para cubrir otras necesidades básicas de higiene y otros suministros para el hogar.

 

La evaluación que midió el impacto del programa ADN Dignidad reveló que los hogares que reciben ayuda humanitaria, cuentan con mayores probabilidades de tener ingresos estables, presentan mayores niveles de satisfacción con su vida y reducen los riesgos de sufrir inseguridad alimentaria, aún 3 meses después de haber recibido la asistencia. La evaluación fue realizada por la International Initiative for Impact Evaluation (3iE) – una de las más prestigiosas organizaciones de investigación de programas sociales -.

Gran parte de la población migrante y de colombianos retornados ha experimentado situaciones de pobreza y vulnerabilidad económica, y ha tenido acceso limitado a bienes y servicios públicos básicos. Para dar respuesta a esa realidad, el programa ADN Dignidad ha brindado transferencias monetarias mensuales, durante seis meses a los participantes, con el fin de salvar vidas, aliviar el sufrimiento y reducir el impacto social y económico.

Aplicamos una encuesta a una muestra de 3.190 hogares, con 1.532 hogares elegibles y 1.658 hogares no elegibles. Las encuestas se realizaron de manera remota y presencial. Después de hacer el análisis de más de 100 variables e indicadores socioeconómicos, comprobamos que el programa tiene un efecto positivo en aquellos que recibieron la asistencia”, señala Sebastián Martínez, Director de evaluaciones de 3ie.

Los resultados de esta evaluación y del programa en seguridad alimentaria son muy positivos. El estudio reveló que los hogares participantes presentaron una reducción significativa en el uso de estrategias de adaptación negativas frente a la alimentación: disminuir el número de comidas diarias, consumir porciones más pequeñas o comidas de menor calidad, son algunas de las estrategias a las que recurren los hogares frente a restricciones de recursos.

De igual manera, los participantes de ADN Dignidad tienen más probabilidad de contar con ingresos estables. Quienes no participaron en el programa reportaron ingresos promedio de $312.000 pesos, mientras que, 3 meses después de haber terminado la ayuda humanitaria, los ingresos de los participantes del programa aumentaron en un 15%. También aumentó la probabilidad de invertir en herramientas de trabajo.

La evaluación demostró un aumento en la probabilidad de que los participantes del programa tengan ahorros con un 24% frente a un 19% en las personas no elegibles. Se evidenció también una reducción en la probabilidad de tener deudas: 23% de quienes participaron en el programa reportaron tenerlas frente a un 28%, de las personas no elegibles.

Las transferencias monetarias de ayuda humanitaria, han representado un apoyo para satisfacer las necesidades de los beneficiarios y crear oportunidades para sus comunidades. Juan, habitante de una comunidad que acoge a población migrante en el departamento de Nariño, explica que su sueño siempre fue trabajar por su cuenta: “gracias a ADN Dignidad poco a poco lo estoy logrando. Pude invertir y ahora estoy cosechando tomates. También doy trabajo a la gente de la zona, principalmente a los vecinos. Este beneficio me ha permitido comer y pagar a la gente que me apoya en el campo”.

Los hogares reportaron un mayor nivel de satisfacción con su vida (frente a las personas que tienen alrededor) y una menor sensación de inseguridad.

“Hay muy pocas evaluaciones y evidencia sobre el impacto de los programas de transferencias monetarias de asistencia humanitaria en América Latina y el Caribe. El estudio cierra brechas de conocimiento para el país y el continente y permite definir respuestas humanitarias, con base en un estudio econométrico. Los resultados de esta evaluación son de utilidad para quienes definen políticas y programas de respuestas a la situación de la población vulnerable y migrante”, afirma John Orlando, director marca país de Acción Contra el Hambre.

Con una nueva fase que inició en octubre de 2022, el programa llegará a más de 150.000 nuevos participantes en zonas urbanas y periurbanas del país, continuando la entrega de asistencia humanitaria y servicios complementarios de nutrición y protección. El programa tiene ahora un nuevo componente que promueve la integración socioeconómica de la población migrante a través de rutas de empleabilidad, emprendimiento y acceso a servicios financieros.


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