EL CAMALEÓN URIBE VÉLEZ: SU TITIRITERO, SU DESLEALTAD, SU MENTIRA. Séptima entrega

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Por: Ignacio Álvarez Lozano (@Funurbiano)

 

“…PERO LE REPITO, USTED ES UN HOMBRE RUIN, COBARDE Y TAMBIÉN ES UN EMBUSTERO “palabras del senador Iván Cepeda para referirse clara y contundentemente a José Obdulio Gaviria Vélez en el recinto del Senado esta semana que transcurre. Este José Obdulio al cual se refiere el congresista Cepeda es el mismo el hijo de don José Gaviria, el negociante del Parque del Obrero en Medellín, ahí en el límite con los barrios Enciso y Villa Hermosa, el mismo aquel, que en vida, era hermano de doña Hermilda de los Dolores Gaviria, la mamá de Pablo Escobar Gaviria.

La diferencia de José Obdulio con Pablo, es que este asumió su rol de jefe narco y en esa posición afrontó lo político y lo social abiertamente. José Obdulio nunca sale de sus oscuras madrigueras desde donde “tira la piedra y esconde la mano”, para no asumir su papel de depredador sociopolítico de un régimen dictatorial en Colombia. “Los Fouché” que han existido en los regímenes dictatoriales, siempre tienen esas características de seres ladinos, ruines y soterrados y eso es en realidad Obdulio, un ser mezquino, aprovechado y egoísta.

Debemos dejar claro entonces que la “inteligencia” oscura y nefastamente calculadora, detrás de las acciones de Álvaro Uribe Vélez, es el liliputiense y soberbio personajillo, que alimenta los desplazamientos y odios a los líderes sociales escudándose convenientemente en el Estado de Opinión(). De esta manera incentiva la egolatría del matarife salgareño y de paso se posiciona tras bambalinas como el titiritero mayor de la voluntad de Uribe Vélez, quien a su vez en la actualidad es el titiritero del ñeñepresidente de Colombia. Dos titiriteros por el precio de uno…solemne ganga nos ganamos los colombianos. Regresando nuevamente a las mañas de y desagradecimientos de Álvaro, debo reseñar que en una semana santa en medio del fragor del debate de la parapolítica, me encontré al investigado en ese entonces, Mario Uribe Escobar, en el hotel Termales del Otoño en Manizales, caminando cuan largo y tieso es, hacia la pequeña capilla de ese recinto hotelero. Este, el primo hermano del salgareño, se hallaba allí en reuniones con otros profesionales, discutiendo su defensa jurídica al respecto del tema del paramilitarismo en el cual había sido mencionado como actor importante. “Lo cortés no quita lo valiente” me dije interiormente y habiéndole conocido de tiempo atrás, lo quise saludar y de paso enterarme como iba su proceso y como analizaba sus responsabilidades y las del matarife. Efectivamente apuré el paso, lo alcancé y lo saludé con cordialidad, la misma que él respondió y entonces directamente pasé a preguntarle por el tema en cuestión. Me respondió dubitativamente con un gesto de cabeza, boca y mirada a la vez, que denotaban amplia preocupación. Yo, tratando de darle ánimo y avanzar en la conversación sin caer en el negativismo que observé en su reacción a mi pregunta, le dije que suponía que el presidente (Alvaro era presidente en ese momento), iba a interceder en su causa dentro de los márgenes legales que la ley le permitía. Su respuesta melancólica y tajante fue: “ hombre Ignacio, el presidente hace dos meses que ni me contesta su celular, él no quiere que este problema empañe su gobierno, entonces no puedo esperar nada de él”. Uno se explica dicha actitud la de un gobernante que quiere mantener la apariencia de un gobierno sano, aunque no lo fuera en esencia, pero no se puede entender el dejar al desgaire, sin siquiera contestar al teléfono a quien había sido su mejor socio político y le había abierto el camino de índole nacional, aparte de ser el familiar más cercano que lo había acompañado en sus ambiciones políticas, esto no tiene mucha presentación y vuelve a mostrar su forma ególatra y desleal de actuar con los seres humanos en general. A “ÉL” solo le interesa salvar su pellejo, los demás que se salven o se jodan como puedan…NO ASUME RESPONSABILIDADES, aunque diga lo contrario, porque su otra característica es ser siempre mentiroso, lo cual aprendió desde niño cuando tenía que aparentar ser el mejor, por la exigencia de su padre ”el gitano” Alberto Uribe, con su vástago en crecimiento. Piezas acumuladas de su sociosicopatía. Otro personaje cercano por mucho tiempo fue Hernando Zuluaga. Hernando fue en vida un gran profesional de las finanzas, la economía y en general todo aquello que tuviese que ver con proyecciones gerenciales. Pues bien, que con esa experticia y conocimiento me acompañó, en mi equipo de trabajo, como Decano de la Facultad de Administración Financiera en una IES (2), donde yo me desempeñé como Vicerrector y Rector en la década del 90. Ahí lo conocí como un ferviente admirador e integrante del Sector Democrático, grupo político que ya hemos dicho en las anteriores entregas, había sido conformado por Álvaro Uribe, Mario Uribe y sus seguidores de la época después de anidar en varios partidos y/o movimientos sin recalar con éxito.

Hernando era un convencido de que con los Uribe se alcanzaría un cambio en el manejo de la política colombiana. Hernando era un ciudadano serio y recto en su pensar y como tal soñaba en ese entonces con un mejor futuro para él, para su familia y en general para la sociedad.

Un día viernes cualquiera, se apareció sorpresivamente en mi oficina de la antes mencionada IES, el senador Mario Uribe Escobar y con un saludo cordial como le caracteriza siempre, hasta en sus peores momentos, me solicitó una autorización para que en la mañana de ese sábado Hernando pudiese asistir a una reunión con su equipo político. Yo le contesté al senador que previo algún acuerdo de compensación del tiempo solicitado no vería inconveniente alguno. Por mera curiosidad le pregunté sobre el objetivo y la importancia de que Zuluaga estuviese en esa reunión y me contestó que él era el coordinador del tema de propuestas económicas que ellos (Mario y Álvaro), llevaban como senadores en ejercicio de ese momento al Congreso de la República y que adicionalmente les colaboraba con la redacción de los discursos y ponencias en ese sentido.

Años después, promediando la década del 2000 y ya en el segundo período del salgareño, me volví a encontrar a Hernando en la cafetería de alguna universidad. Hacía años no interactuaba con él y quise saludarlo demostrándole aprecio. Hernando, olvidaba decirlo, era una persona alta, de complexión fuerte, por ese motivo yo había acostumbrado siempre darle un palmotón en la espalda cuando de abordarlo se trataba y ese día hice lo mismo y le comenté con ánimo de molestarlo jocosamente por su tema político y la reelección que ya había logrado Alvaro Uribe: “Hola Hernando, me alegra saludarte después de tanto tiempo y máxime ahora que debes estar al lado de tu jefe en el curubito político “…Esta persona que no obstante ser alto y fuerte, fue en vida siempre un caballero de la comunicación en sus maneras amables y respetuosas, se paró de la mesa de la cafetería donde me lo topé y me respondió secamente: “ Ignacio, hablemos de cualquier cosa pero por favor no me mencione a ese hijo de puta !!!”

Al escuchar esta respuesta opté por preguntarle a Hernando si le había molestado mi pregunta como obviamente lo parecía y el por qué, pues no era esa mi intención, a lo cual me contestó, bajando el tono ya más calmado y excusándose por la reacción e invitándome a tomar un tinto que ese señor, Uribe Vélez, había presionado semanas antes para que lo despidieran abruptamente del cargo que desempeñaba en una entidad de vivienda, por el simple hecho de haber llamado la atención para que corrigieran o mencionaran la cita en torno al autor de un párrafo transcrito, en una de esas reuniones de fin de semana donde todavía, coordinaba el equipo de teoría y discursos financieros del equipo político uribista, ya en este momento, no del Congreso sino de presidencia. El autor original del párrafo mencionado era nada menos que Milton Friedman, quien fue el referente máximo de los Chicago Boys, del cacareado “milagro chileno” de la dictadura pinochetista. A la observación de Hernando de respetar la autoría de Friedman y/o por lo menos mencionarla, el salgareño respondió, me decía Zuluaga,: “Hernando, usted no sabe si esa teoría es de Friedman o es un planteamiento mío cuando yo estudié en Inglaterra”. Se siguió insistiendo para que se reconsiderar la forma de presentar el documento, pero hubo que desistir porque después de dos horas y media Álvaro, soberbiamente, no aceptaba ningún argumento. Al salir del recinto y despedirse muy desanimado de los asistentes a la reunión, Hernando recordaba que José Obdulio Gaviria le dijo, muy convencido, que recordara que “Álvaro era un ser con inteligencia superior”. La semana siguiente que Hernando se presentó a su lugar de trabajo, encontró la carta de despido y al preguntar por el motivo que sustentaba dicha determinación porque hasta el viernes anterior todo marchaba sobre ruedas , nadie atinó a responderle en ese momento, pero después una llamada telefónica y anónima a su casa le dijo al otro lado de la línea: “Fueron órdenes directas de presidencia…”

Hernando , me decía que él entendía que esos cargos gerenciales son removibles con facilidad inusitada, pero que le dolía mucho que no había encontrado la forma de explicarle a su hija, de 10 años en ese momento, como un señor, que iba a su casa y que parecía que era amigo de su papá, que era su ídolo de familia y al cual casi que “le prendían velitas” en esa casa, lo había hecho despedir y puesto a sufrir afugias de subsistencia por el simple hecho de querer ceñirse a la verdad, de no decir mentiras y de no aceptar en su ética profesional, el realizar robo intelectual…Pero ese era la realidad, la verdadera imagen de su antiguo jefe político. Comprendieron, Hernando y su hija que habían tenido un espejismo, un engaño, delante de si por varios años…

(1) LOCKE, John. Ensayo sobre el gobierno civil. Alianza Editorial Madrid.2002 (2)IES =Institución de Educación Superior

La primera entrega puede encontrarla aquí: «El Camaleón Uribe Vélez»

La segunda entrega puede encontrarla aquí: «El Camaleón Uribe, 2da parte»

La tercera entrega puede encontrarla aquí: El Camaleón Uribe: Mitos y Realidades

La cuarta entrega puede encontrarla aquí: El Camaleón Uribe y su camino a la presidencia

La quinta entrega puede encontrarla aquí: El Camaleón Uribe Vélez y su entorno cercano. Quinta entrega

La sexta entrega la puede encontrar aquí: El Camaleón Uribe Vélez. Sexta Entrega: «El arquitecto del Matarife»

Sobre el autor:

Ignacio Álvarez, Caminante por América.
Ex directivo universitario. Líder de «Fundación Nueva Urbe» por una nueva ciudadanía.
Twitter:@funurbiano
correo-e: ialvarezlozano@yahoo.es

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